Doña Leoni,

anciana de Tempio Pausania, pequeña localidad de la isla de Cerdeña, por poco mata a sus vecinos con la original costumbre de acumular y conservar todo tipo de basuras. Cuando aquéllos se decidieron a dar parte y entraron los empleados del servicio de limpieza para aligerar su «colección» de basuras, se encontraron con setenta metros cúbicos de inmundicias, entre las que había trapos, esqueletos de animales, recipientes con excrementos humanos, y otras alhajas más que los empleados tuvieron que remover con máscaras antigas, y trasladar en veintisiete viajes del camión del municipio.