Carter intenta enfriar la crisis de Oriente Próximo
El presidente Carter anunció ayer que Estados Unidos, la Unión Soviética y Gran Bretaña comenzarán a negociar un tratado de prohibición total de las pruebas atómicas el próximo mes de octubre en Ginebra, después de que las conversaciones previas mantenidas entre los tres países alcanzaran resultados «suficientemente prometedores». Carter hizo esta declaración durante una conferencia de prensa que se celebró en la Casa Blanca y que estuvo centrada esencialmente en el tema de Oriente Próximo.El presidente norteamericano criticó abiertamente la legalización de tres colonias judías en el territorio ocupado de Cisjordania, y definió esta decisión del Gobierno israelí como «un obstáculo para la paz» y una «acción ilegal», pero se mostró esperanzado respecto a la posibilidad de llegar a un acuerdo pacífico en la región.
Tras señalar que existe una «buena oportunidad» para el reinicio de las conversaciones de paz de Ginebra, Jimmy Carter instó a los dos bandos a que disminuyan sus declaraciones agresivas, contribuyan a enfriar la situación y busquen puntos de acuerdo más que diferencias.
Respecto al problema de la presencia de una delegación palestina en la mesa negociadora de Ginebra, el presidente dijo que, en su opinión, los palestinos deberían acudir a la conferencia de paz, pero que para ello tendrían que dejar de pedir la desaparición de Israel.
A las reiteradas preguntas de los periodistas sobre la legalización de las tres colonias israelíes en la orilla occidental del Jordán, Carter respondió diciendo que no debe criticarse en exceso al primer ministro Begin por haber reconocido tales colonias, ya que fueron Gobiernos anteriores los que las establecieron.
Preguntado sobre la intención de su Gobierno de vender armas a Egipto, Sudán y Somalia, y acerca de la posible contradicción de esto con su anuncio de disminuir la venta de material bélico norteamericano al Tercer Mundo, Carter negó que se diera tal contradicción, y dijo que las ventas de armamento a los países citados suponían un intento de limitar los conflictos a un área geográfica, y que la consideración esencial en las exportaciones de material de guerra reside en «nuestras necesidades defensivas y una adecuada defensa para nuestros aliados».
Por otro lado, la decisión norteamericana de vender armas a Egipto ha causado una fuerte conmoción en Israel. En un informe presentado ayer ante el Parlamento, Begin informó que había dado instrucciones a su embajador en Washington para que presentase ayer una nota oficial de protesta por la venta de dichas armas, que, por otro lado, ha causado decepción en Egipto, por la modestia de su cuantía.
Begin afirmó que «cualquier suministro de armas a una nación que se encuentra en guerra con Israel representa un acto negativo y un obstáculo en el camino hacia la paz». Manifestó, además, que las críticas norteamericanas a la legalización de las coloniasjudías en la Cisjordania ocupada por Israel durante la guerra de 1967 «carecían de base».
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