Owen sostiene que la candidatura española "debe estudiarse sin prisas"
La inminente petición española de ingreso en la Comunidad Económica Europea fue bienvenida por el ministro británico de Exteriores ayer en Londres, aunque reconoció las dificultades que surgirán para negociar su entrada.El doctor David Owen explicó que su país siempre había favorecido la ampliación comunitaria, por los grandes beneficios políticos que ese hecho implicaba para el fortalecimiento de la democracia europea.
A una pregunta de EL PAIS, en el curso de una conferencia de prensa celebrada ayer por la tarde, el ministro británico subrayó los problemas económicos y estructurales que la admisión de nuevos miembros traerá a la CEE y por eso estimó que la petición española, que sigue a las de Portugal y Grecia, «debe estudiarse con mucho cuidado, sin prisas, y teniendo en cuenta las circunstancias particulares de cada país sujeto ahora de negociación».
La ampliación aportará «industrias vulnerables, índices del producto nacional bruto menores que los presentes, y obligará a cambiar los fondos sociales y agrícolas de la Comunidad». Además, indicó Owen, «no hay que olvidar que no todos los países de la CEE son muy entusiastas acerca de la admisión de nuevos miembros».
Dificultades "formidables"
Las dificultades son «formidables», dijo el ministro británico, «pero cuando se superen y la CEE esté formada por doce miembros, empezaremos a notar las consecuencias positivas de este reto».
La ampliación a doce miembros ayudará a subrayar el contenido político de la Comunidad, afirmó el doctor David Owen, que convocó la conferencia de prensa de ayer, para presentar el libro blanco, en el que se estudian los seis últimos meses de la CEE, que en ese período ha estado presidida por Gran Bretaña.
«Con nuevos países en el seno de esta organización es inevitable que se busquen los medios para afianzar la unidad comunitaria. Aparte de la comisión ejecutiva, tendrá que haber una especie de secretariado, cuya función sea especialmente política y que asegure ese propósito de unidad», dijo el ministro británico.
No resulta una amenaza para la Comunidad la fortaleza y la vitalidad con que ahora cada uno de los miembros cuida sus propios intereses, cuando se negocia dentro de la CEE. Al revés, eso es sano, señaló el doctor Owen, quien piensa que la existencia de controversias impedirá que el trabajo de la CEE se convierta «en un ejercicio burocrático».
En el plano del fortalecimiento político, de la unidad de Europa, el ministro británico ve un paso modesto, pero importante, en «la creación de un Parlamento elegido por sufragio directo».
En su intervención de ayer, el doctor Owen sintetizó la posición británica con respecto a España, señalada ya a principios de año por el anterior ministro de Exteriores. Entonces, Gran Bretaña estimuló a sus colegas europeos para que firmaran una declaración de apoyo «a las fuerzas que en España luchan por la democracia», y expresó su interés por la ampliación de la Comunidad en cuanto aquel proceso se completara. «Nunca tuvimos duda alguna de que España iba a pedir su entrada inmediatamente después de las elecciones. Damos la bienvenida a la noticia, como lo hicimos cuando Portugal y Grecia pidieron también su ingreso», concluyó ayer el doctor Owen.
Reservas de Schmidt
Hace dos semanas, en Londres, el canciller Schmidt habló de sus reservas, basadas en la creación de una población emigrante aún más firmemente establecida en la República Federal de Alemania. Se habló entonces de una Comunidad dividida en pobres y ricos. Gran Bretaña no comparte ese criterio, y en su interpretación política de la ampliación, David Owen incluyó ayer la consideración de una Comunidad de iguales como un objetivo a alcanzar «sin prisas».
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