El rastro estuvo cerrado ayer
Ayer, el Rastro madrileño no abrió sus puertas al público, tal como es habitual cada día de fiesta, por coincidir con el 18 de julio y teme sus habituales vendedores que, por este motivo, se pudieran producir manifestaciones que, al final, como en otras ocasiones ya ha ocurrido terminen con destrozos en los tenderetes instalados y en las mercancías expuestas.Esta medida, por parte de los vendedores de la Ribera de Curtidores y sus aledaños, fue tomada después de las alteraciones del orden que se desarrollaron en el Rastro, teniendo como principales protagonistas miembros de diversos grupos políticos que, utilizando la gran afluencia de público, repartían propaganda, hasta que se encontraban con un grupo contrario y comenzaba el enfrentamiento, o bien las fuerzas policiales dispersaban los grupos que se iban formando. Las carreras y golpes que había a partir de aquel momento ocasionaban las roturas que, con el cierre de ayer, han intentado evitar.
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