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Alboroto en el Valle de los Caídos.

Un enorme alboroto se produjo en la mañana de ayer en la basílica del Valle de los Caídos, durante la celebración de una misa en sufragio de Francisco Franco, cuando el sacerdote oficiante -padre Venancio Marcos- comunicó a los miles de personas, alrededor de 12.000, que asistían al funeral, que el abad de la comunidad benedictina de la basílica había prohibido que se pronunciase la homilía. Gritos de protesta, contra el Gobierno y las instituciones y aclamaciones a Franco, mientras levantaban el brazo, hicieron que la ceremonia se retrasase durante bastantes minutos.La misa había sido organizada por la Confederación Nacional de Combatientes de España en colaboración« con Fuerza Nueva. En lugar, preferente se encontraban Carmen Polo de Franco, viuda de Franco; su hija, la duquesa de Franco, y la viuda de Carrero Blanco. Asimismo se encontraban presentes Blas Piñar, Presidente de Fuerza Nueva; Raimundo Fernández Cuesta, presidente de Falange Española de las JONS; Antonio María de Oriol, presidente del Consejo de Estado. No asistió el presidente de la Confederación, José Antonio Girón de Velasco, al parecer por encontrarse indispuesto en Fuengirola.

En el momento de la homilía cuando el padre Venancio Marcos anunció que no pronunciaría palabras, se interrumpió la misa que pudo continuarse después de que Roberto Reyes ascendiese al presbiterio y pidiera silencio por e micrófono.

Guardia de honor

Entre los asistentes podían verse numerosas banderas de Falange, Fuerza Nueva y nacionales, así como distintivos falangistas, pegatinas de Fuerza Nueva y Falange, y brazaletes con los colores nacionales.Una guardia de honor se había situado junto al sepulcro de Franco que se encontraba lleno de flores y coronas. La guardia aparecía ataviada con uniformes falangistas y de la legión española.En el transcurso de la misa, cuando el oficiante rogó «por nuestro obispo Vicente», los asistentes prorrumpieron en murmullos de protesta y cuando se citó a Francisco Franco sonaron gran cantidad de aplausos.

Aunque por la megafonía interior de la basílica se había anunciado que la señora de Meirás abandonaría el templo cuando lo hubieran hecho todos los asistentes, un cordón compuesto por jóvenes militantes de FN mantuvo a todos en sus sitios. Antonio María de Oriol, Blas Piñar, y otras personalidades protegieron a la señora de Meirás del entusiasmo del público durante el trayecto hasta la explanada.

Tanto Carmen Polo como sus acompañantes fueron vitoreados por el público, que cantó varias veces el Cara al Sol, brazo en alto. A la salida, la señora de Meirás fue acompañada hasta su automóvil por numerosas personas que aclamaban a Franco y gritaban «España, mañana, será joseantoniana», «Franco, si; traidores, no», "Franco, resucita» y otros similares.

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Después del funeral, Antonio María de Oriol manifestó: «Dar excesiva importancia a los incidentes ocurridos esta mañana en la basílica del Valle de los Caídos interesa a quienes les preocupa desacreditar la fecha del 18 de julio».Asimismo, a primeras horas de la tarde de ayer se celebró en la parroquita madrileña de San Francisco de Borja, de los padres jesuitas, una misa organizada por la Hermandad de Alféreces Provisionales para todas aquellas personas que no hubieran podido asistir al funeral del Valle de los Caídos. Asistieron unas cincuenta personas y el, oficiante, padre García Calvo, mencionó durante la homilía a las traiciones y deserciones que se están produciendo.También en El Ferrol fueron depositadas tres coronas de flores en el monumento ecuestre de Franco.

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