Semana de míninos, con impuesto sobre el patrimonio e investigación de cuentas
Si la semana pasada fue la del nombramiento del primer Gobierno de la democracia, la presente fue la de la declaración programática de ese Gobierno y de la depreciación más espectacular de la peseta conocida en la última década. La Bolsa, en todo esto, ha mantenido una rigurosa posición de silencio e inactividad. Es como si el Gobierno y la declaración programática no tuvieran nada que ver con el mercado.La verdad es que el dinero es medroso y no le gusta demasiado los aires que toma la política económica del nuevo Gobierno. Eso de que las cuentas corrientes puedan ser investigadas por inspectores fiscales les parece a los inversores de postín un mal asunto. Lo de la reforma fiscal en serio es lógico que tampoco convenza inicialmente a nadie que se sienta próximo a aquellos que no pagan lo suficiente y lo saben.
Los temas del secreto bancario y del impuesto sobre el patrimonio hán tenido muy preocupados durante la semana a muchos inversores. Mientras las medidas económicas no se concreten, el mercado no reaccionará de ninguna manera y mantendrá la actual actitud reservona.
Hay que decir que todos están en desacuerdo en que el Gobierno tiene que afrontar una política enérgica y rigurosa para salir de la crisis, pero a la hora de que se materialice esa política y recaiga sobre las espaldas de cada uno, el tema despierta menos entusiasmos.
Estas han sido las inquietudes del mercado bursátil y de la mayoría de las personas preocupadas por la marcha de la economía.
Aparte de esto, en la Bolsa no ha pasado nada. Las cuatro sesiones de la semana han sido de descensos constantes e imparables. El volumen de negocio ha sido muy corto en todas las jornadas bursátiles y la demanda de títulos muy reducida. Con pocos valores a la venta se han marcado cambios en la mayoría dé los casos, con descensos de muy pocos enteros. Al final de la sesión, el panorama era siempre alicaído y ligeramente vendedor, de forma que cada día era simple calco o copia del anterior. El repite baja hay que aplicárselo al conjunto de cada jornada.
Por grupos, fue el bancario el más castigado durante toda la semana. Los bancos perdieron en su índice general prácticamente siete puntos en cuatro sesiones. Por valores, los grandes han contabilizado pérdidas de veinte a treinta enteros en este período. Esta caída de los bancos, valor clave siempre en la Bolsa española, es la que ha arrastrado el índice general más abajo.
En los demás corros, aunque las bajas han sido constantes, se han mostrado más resistentes y se cierra la semana, en la mayoría de los valores, con pérdidas de menos de seis enteros. El corro eléctrico pasó bien las sesiones con respuesta compradora el jueves, que hubo mayor afluencia de títulos a la venta. En construcción, Dragados ha registrado pérdidas de veintiún enteros, pero el resto aguantó bastante bien. En químicas y siderúrgicas tampoco hubo pérdidas importantes, y hay que anotar alguna mejoría sensible.
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