Revelli: "Mi secuestro ha sido político"

«En mi opinión fue un secuestro, político», declaró ayer, en París, el director de Fiat-France, Luchino Revelli-Beaumont, liberado anteayer por el «Comité para la Unidad Socialista» (CUSR), después de tres meses de cautividad. También confirmó que el rescate, de dos millones de dólares (unos 140 millones de pesetas), fue entregado a los secuestradores en Ginebra el último fin de semana. A pesar de todo, ningún interrogante fundamental ha sido resuelto, y el misterio continúa caracterizando el asunto.Anteanoche, el hijo del señor Revelli, Paolo, ya adelantó que se había pagado dinero para liberar a su padre, pero que la policía fue advertida tras la operación. Parece ser que el rescate fue entregado por un empleado de la Fiat; sin embargo, el hijo del secuestrado aseguró que «solamente la familia ha pagado». El señor Revelli estimó que su secuestro había sido político. Los hombres del comando, durante los tres meses de detención, lo acusaron de «trabajar para una empresa internacional y, por ello, de ser responsable de los daños causados a los intereses del Tercer Mundo y de los obreros». También informó que le ofrecían periódicos y libros para leer; los diarios eran revolucionarios y los libros versaban sobre la literatura rusa del siglo XIX, sobre la comuna y sobre la España de antes del franquismo, además de Bakunin.

Sobre Héctor Aristy, el antiguo político dominicano, primero amigo y después ex amigo de la familia, el señor Revelli-Beaumont no quiso pronunciarse. ¿Qué papel o papeles interpretó este personaje que el CUSR, en su comunicado de anteayer a la prensa, después de la liberación de su prisionero, parece que pretendió defender al destacar que «el éxito» de la operación no se debe a ningún negociador, puesto que nunca ha existido? Es uno de los misterios del asunto.

El hijo del señor Revelli, anteanoche, reveló que había tenido entre veinte y cuarenta contactos telefónicos con los secuestradores. La policía, por su parte, ayer, publicó en la prensa una fotografía de un presunto miembro del grupo que realizó la operación, un hombre de unos treinta años, que da el tipo latinoamericano, según la apreciación más general. Informes policiales aseguraron que dicha foto procedía de un falso pasaporte que habían usado los secuestradores durante las transacciones que precedieron a la entrega del rescate; en el pasaporte en cuestión puede leerse: «Costa Rica-América del Centro-F. Vega López.»