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Realismo ante la gravedad

El Gobierno ha iniciado el cumplimiento de su programa -aún no presentado- con una definición minuciosa y concreta de la situación económica. El vicepresidente Fuentes Quintana compareció ayer, sin aviso previo, en televisión para presentar al país didácticamente el diagnóstico de una situación grave.Una inflación de un 30%, un paro elevado -no cuantificado- y un déficit exterior cercano a los 5.000 millones de dólares son los parámetros con qu se define la magnitud del problema. Por otro lado, la crisis del petróleo, que supone un encarecimiento de nuestras compras, aún no asimilado, en u 25%, es el factor final que no obliga a tomar conciencia, con tres años de retraso, de una crisis inevitable.

Lo más importante de la exposición del señor Fuente Quintana, aparte del hecho de la propia comparecencia par explicar el diagnóstico y for mular unos compromisos, radica en la afirmación de que el programa que el Gobierno propondrá la próxima seman será negociado y no impuesto.

A partir del dato de que la solución de los problema económicos es una tarea com partida que compromete a toda la sociedad y está lejos de fórmulas técnicas mágicas, que no existen, es evidente que Gobierno tiene que pactar, negociary transigir para llegar una fórmula o a un cuadro de medidas que tengan alguna eficacia.

Partidos políticos represen tativos, centrales sindicales, organizaciones patronales y grupos sociales con arraigo tiene algo que decir sobre el plan de saneamiento que se nos viene encima. La actitud negociadora inicial del Gobierno parece demostrar que la democracia puede consolidarse de verdad en nuestro país, pasando precisamente por el sacrificio y el esfuerzo solidario de todos.

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