A la espera de la declaración del nuevo Gobierno

La formación del Gobierno español, surgido de las elecciones generales del 15 de junio, no suscita ningún comentario particular en medios europeos con sede en la capital belga.Se considera, sin embargo, que la nueva diplomacia española seguirá, probablemente, un camino de tres fases en su proceso hacia la normalización con las instituciones europeas o atlánticas. Consejo de Europa, Mercado Común y OTAN podrían ser las etapas lógicas del proceso.

Es, precisamente, en dos de esos organismos donde, coincidiendo casi con la aparición del nuevo Gobierno español, se analiza actualmente el tema español.

En la ciudad belga de Amberes, el buró político del Consejo de Europa -primer organismo al que España deberá solicitar su incorporación a fin de «homologar» su democracia- verá hoy el informe preparado por Paul Channon, conservador británico sobre el resultado de las elecciones españolas y las perspectivas de que España se convierta pronto en. el vigésimo Estado miembro del Consejo de Europa.

En Luxemburgo, donde se encuentra reunido durante toda la semana el Parlamento Europeo, cabe esperar una alusión a la posible candidatura española al Mercado Común, que recibirá un «sí» político, al igual que ocurrió con Grecia y Portugal.

La referencia a España, incluida dentro del problema general de la ampliación del Mercado Común, podría producirse durante el discurso-programa ante el Parlamento que pronunciará hoy Henri Simonet, ministro belga de Asuntos Exteriores y presidente en funciones del Consejo de la CEE durante este segundo semestre de 1977.

Discreción de la OTAN

Al contrario del Consejo de Europa y del Mercado Común, los medios diplomáticos de la OTAN son más discretos en relación con una entrada de España a la organización. Llegan, incluso, a dejar entender que «frenan» algo el entusiasmo de Estados Unidos de «patrocinar» la entrada de España en la OTAN. Comprenden que el asunto es vidrioso. Aceptan que, si hay un calendario de prioridades, la OTAN será la última para España, y que el debate OTAN en las Cortes promete ser más polémico que los destinados al ingreso en el Consejo de Europa o el Mercado Común.

El objetivo de los responsables de la OTAN es, por el momento, evitar todo tipo de declaraciones que puedan desencadenar reacciones de partidos políticos españoles. Evitar, a toda costa, una interpretación de «interferencia» de la OTAN en el programa español de normalización de relaciones con instituciones supranacionales, parece ser la divisa de los dirigentes atlánticos.

En cada una de las tres organizaciones se espera, con interés, la declaración programática del nuevo Gobierno español en los capítulos que puedan hacer referencia a dichas instituciones. Será después, a la luz de los hechos, cuando podrán producirse nuevas reacciones más precisas.