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Peligro de desórdenes en Estados Unidos por la crisis energética

La crisis energética continuará afectando a Estados Unidos en los próximos años y, a menos que se encuentren rápidamente soluciones eficaces para la misma, provocará tumultos y desórdenes callejeros qué podrían desestabilizar al país, según indica una serie de informes confidenciales que obran en poder del Gobierno norteamericano.

El periodista Jack Anderson reveló ayer, en su columna habitual del diario Washington Post, algunos detalles de estos documentos secretos, y advirtió a Estados Unidos, que celebraba sus 201 años de independencia, que una nueva revolución puede estar fraguándose y que su resultado sería la destrucción del país.Si no se descubren nuevas fuentes energéticas en un plazo breve, dice uno de los informes, Estados Unidos no podrá conseguir la energía necesaria para «hacer funcionar nuestras fábricas, calentar nuestros hogares y mover nuestros automóviles». Ello produciría tal conmoción en la vida norteamericana que daría lugar a manifestaciones, disturbios y desórdenes callejeros.

Los norteamericanos, continúa el documento, no creen en la existencia de este peligro, de un lado por la mala información que tienen sobre los problemas energéticos y de otro porque confunden sus deseos con la realidad y confían en alguna especie de milagro tecnológico que les salve de la escasez de energía. «Pero no hay ningún científico ni ingeniero que pueda prometer un milagro técnico de ningún tipo que resuelva el problema energético.»

Otro informe, éste elaborado por el Departamento del Tesoro, predice que la cuenta del petróleo producirá «severas tensiones» en el sistema financiero internacional ya en el presente año, y que podría desembocar en un colapso económico cuyas consecuencias serían depresión, desorden e inestabilidad en todo el mundo occidental.

Los programas de ahorro energético no resolverán la crisis, predice otro informe, ya que el descenso en el consumo será mínimo. La única solución eficaz es el desarrollo de una nueva fuente de energía. El hallazgo de un sustituto del petróleo deberá ir acompañado de una remodelación masiva de casas y fábricas. De no ser así, y en el momento adecuado, Estados Unidos podría sucumbir ante el «gran estornudo de la energía», concluye el documento.

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