Nuevos obstáculos jurídicos al aterrizaje del Concorde en Nueva York
El Tribunal de Apelaciones ha revocado una decisión de un tribunal inferior por la que se levantaba la prohibición dictada por las autoridades aeronáuticas para que el avión franco-británico Concorde pudiera tomar tierra en el aeropuerto Kennedy, de Nueva York.Aun manteniendo la prohibición, los tres magistrados del Tribunal de Apelaciones han decidido devolver el caso al juez Milton Pollack, del tribunal de distrito de Estados Unidos, para que abra una información que determine las razones de la prohibición impuesta hace trece meses.
En la decisión escrita por el magistrado jefe, el tribunal dice que «en el caso de que las pruebas no apoyen una causa para una demora no razonable, creemos que en interés de todas las partes afectadas esta interminable disputa debe llegar a su fin. »
El Tribunal de Apelaciones invita en sus conclusiones a que las autoridades del aeropuerto «pongan fin a sus estudios y fijen una norma razonable sobre los ruidos».
En su sentencia de mayo, el juez Pollack sostuvo que la prohibición impuesta en marzo de 1976 por las autoridades aeronáuticas de Nueva York eran ilegales, ya que estaban en conflicto con la supremacía federal sobre estas materias.
Reacción francesa
El Tribunal de Apelaciones disiente de las decisiones adoptadas por Pollack, y señala que la autorización federal sobre las pruebas del Concorde «reconoce explícitamente el derecho de las autoridades del aeropuerto a rechazar el aterrizaje del avión supersónico franco- británico ».La semana pasada, la Administración Carter adoptó una postura similar al señalar que el juez Pollack estaba en su derecho al ordenar el levantamiento de la prohibición, pero incurría en error al citar como razón válida la supremacía federal.
El Gobierno francés, en una declaración, emitida ayer en París, muestra su disgusto por la decisión del Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos sobre el Concorde, que supone nuevos aplazamientos a la concesión de derechos de escala del avión en Nueva York.
El Ministerio de Transportes dice que el Gobierno «deplora» la decisión judicial, y que los nuevos trámites, que retardan la concesión de permiso de aterrizaje, agravan los daños ya causados a los fabricantes del Concorde y a las líneas aéreas que lo emplean.
«El Gobierno francés está decidido, más que nunca, a obtener los derechos de aterrizaje del Concorde en Nueva York y a luchar contra toda discriminación ».
La empresa franco-británica que explota el Concorde confiaba en que a finales de este mes podrían iniciar las pruebas de su avión supersónico en el aeropuerto Kennedy.
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