Los ladrillos están sin cocer
Desde hace dos años, los Inquilinos de tres bloques de viviendas construidos por la empresa COIVISA en el polígono de La Veredilla, de Torrejón de Ardoz, permanecen en situación de litigio constante ante los organismos de administración de justicia por las anomalías que observan todavía sobre la construcción de los pisos que ocupan desde aquellas fechas en las calles de Dublín, Estocolmo y Lisboa. Hace unos días, los bomberos de la localidad acudieron a los bloques para abatir una serie de aleros cuya conservación defectuosa les hacía caer sobre el suelo con grave riesgo para los viandantes y para los clientes de una galería comercial contigua. En el interior de los edificios, los agrietamientos ocupan -según los inquilinos- gran parte de los muros. A raíz de una inspección realizada por un técnico contratado por la mancomunidad de propietarios, se dictaminó el elevado grado de disgregación de los ladrillos utilizados en la construcción, pties -se afirma- los ladrillos no están siquiera cocidos, o lo están en bajísimo grado, añaden los afectados. Asimismo, el parquet se encuentra agrietado por haber sido colocado con humedad, en él se aprecian desniveles y la deficiente nivelación de las terrazas acarrea problemas en el desagüe posterior a las lluvias. En conjunto, los equipamientos son tildados de muy deficientes.
Todo elló explica, según los interesados, el impago de una serie de sumas que los vecinos adeudan a la constructora, además de las correspondientes hipotecas a cajas de ahorros, ya que -según los vecinos- desde que se ocuparon las viviendas, simultáneamente a la detección de las anomalías, no se ha puesto solución de tipo alguno a ellas. Con todo, al menos siete letras fueron ejecutadas y el juzgado de Alcalá de Henares entiende de las distintas querellas que, desde ambas partes -vecinal y empresarial- se suceden desde entonces. Los responsables de la mancomunidad manifestaron a EL PAIS su deseo de realizar cuantas gestiones sean precisas para paliar su situación.
