Giulio Girardi, promotor de Cristianos para el socialismo suspendido "a divinis"

El teólogo salesiano Giulio Girardi, teórico y promotor del movimiento de los Cristianos para el socialismo, ha sido expulsado de la congregación salestaña y suspendido a divinis, por lo que no podrá ejercer sus funciones sacerdotales mientras dure el tiempo de la suspensión. Girardi, que nació en El Cairo hace 55 años, ha reaccionado con estas declaraciones: «No he pretendido nunca de la jerarquía que reconociera la validez de mis opciones. Le pedía simplemente que no las condenara», y ha añadido: «No me siento fuera de la Iglesia, porque no puede estarlo quien dedicó su vida a hacer que el Amor fructifique en el mundo.»

El caso Girardi había sido abierto por la jerarquía eclesiástica en 1969. Después del concilio Girardi se había hecho famoso por su libro Marxismo y cristianismo, hasta el punto de que el cardenal Koenig lo llamó a colaborar en la secretaría para los no creyentes. Girardi ha defendido siempre la compatibilidad doctrinal de marxismo y cristianismo. Expulsado de su cátedra en la Universidad Salesiana de Roma, Girardi enseñó por algún, tiempo en el Instituto Católico de París, en Lovaina y en el instituto «Lumem Vitae», de Bruselas. Alejado también de dichas instituciones, vivía actualmente en Turín dedicado a una investigación sobre la cultura obrera. «Tus escritos, tus conferencias -se lee en la carta de expulsión que le envió el superior general de los salesianos-, tus posturas sobre varios problemas, tus compromisos activos y de primer plano en ciertos movimientos e iniciativas, en una palabra, la misión que tú conduces con una sistemática contestación del magisterio eclesial, no están en sintonía con la misión salesiana. »La decisión vaticana, a juicio de los expertos, tiene un trasfondo que va más allá del simple castigo a Girardi. La Curia Romana pretendería también dejar bien claro cuáles,son, a su pareper, los límites del diálogo entre católicos y comunistas.

Giulio Girardi, que manifestó que el movimiento Cristianos por el socialismo, nació para hacer frente a los problemas surgidos en Italia a causa de un cristianismo conservador, fue uno de los autores del famoso esquema conciliar sobre La Iglesia y el mundo moderno y colaboró en el secretariado vaticano para los no creyentes.

En los ambientes vaticanos la condena definitiva de Girardi se esperaba desde hace tiempo, como también se espera cerrar definitivamente el caso Lefèbvre. La conferencia que mañana pronunciará monseñor Lefèbre en el palacio de la princesa romana Pallavicini ha vuelto a dar actualidad al problema, con la novedad esta vez de que ha sido llamada en causa la aristocracia romana. Los 150 caballeros de la Orden de Malta que viven en Roma interrogaron, días pasados, al gran prior fray Angelo Maria Mazzacchera, duque de Celeza, sobre la conducta a seguir ante las invitaciones cursadas por la princesa. El gran maestro fray Angelo de Mojana, con un edicto, solicita firmemente a «caballeros y damas a abstenerse de asistir». El jefe de los patricios romanos, Espreno Colonna, intervino días pasados con una proclama contra Lefèbvre. Su primo, sin embargo, Carlo Colonna ha declarado: «Yo soy monárquico y partidario del retorno a la tradición... El lunes iré al palacio de la princesa Pallavicini.»

En relación con este nuevo aspecto de guerra de religión entre la nobleza, que adquiere el asunto Lefebvre, el cardenal Poletti, obispo auxiliar de Roma, ha llamado al obispo integrista de Lille «provocador» en un artículo del Observatore Romano. El cardenal Poletti se ha distinguido precisamente por su línea derechista y anticomunismo muy acentuado, que en diversas ocasiones le ha llevado a expresar esa oposición en público con duras palabras. Es significativo que sea este obispo, considerado como muy de derechas, quien condene también la actitud de monseñor Lefèbvre.