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Los agricultores británicos dudan de la capacidad de la Comunidad Europea para resolver sus problemas

Juan Cruz

La indignación con que los ministros agrícolas de los nueve fueron recibidos ayer por ganaderos británicos de porcino es una consecuencia de la sospecha que aún existe en el Reino Unido sobre la capacidad que tiene la CEE para resolver los problemas económicos de este país.

También es un reflejo de las escasas posibilidades de negociación que le quedan a Gran Bretaña en ciertas áreas comunitarias, como la agrícola y ganadera, donde cree que su caso es especial.La insistencia británica en mantener en su valor actual la libra verde, casi un 40 % por encima de su valor real, es una de las razones por las que las protestas de los ganaderos de porcino no se hacen desde una posición de fuerza en este momento.

Aquella revalorización de la esterlina con la que el Reino Unido compra los productos agrícolas hace que países más pobres, como Italia e Irlanda, estén de hecho subsidiando al Reino Unido.

La protesta de los propietarios de ganaderías de cerdos es contra la decisión de la comisión agrícola de la Comunidad de detener los subsidios directos que desde enero les otorgaba el Gobierno británico. Existe la posibilidad ahora de que la CEE tome a su cargo tal ayuda, de acuerdo con el artículo 135 del tratado con el que se ratificó la entrada de Gran Bretaña en el Mercado Común.

Ayuda a los nuevos miembros

La validez del artículo expira a fin de año. En él se indica la obligación que tiene la CEE de ayudar a sus nuevos miembros, durante un período interino, a salvar las dificultades que se le pudieran producir en sectores vitales de su economía.

La comisión estudiará ahora la propuesta británica. La manifestación de los cultivadores de cerdos de ayer se ha unido a una gran campaña de la prensa para presionar a los ministros de los nueve, que visitan estos días Inglaterra, a invitación de su colega, John Silkin, para que acepten en el próximo consejo de la Comunidad la continuidad del subsidio, aunque en este caso sea indirecto.

Fracaso británico

Sectores proeuropeos del Reino Unido estiman que estas manifestaciones y los desacuerdos permanentes que parecen producirse entre el ministro Silkin y sus restantes compañeros de la CEE han hecho que la presidencia del Mercado Común, que ostenta hasta junio Gran Bretaña, esté resultando un fracaso, si no desde el punto de vista político, sí con respecto a la capacidad de integración económica que ha mostrado el Gobierno de Londres.

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