¡Informar!
Ya me estoy habituando a quedar estupefacta, cada día, al comprar el periódico y leer noticias que indignan y provocan una especie de rebelión interior ante lo incongruente de lo predicado y la realidad cotidiana. Se habla de democracia y, sin embargo, los más elementales derechos humanos son ferozmente pisoteados.
Entre estos derechos humanos se encuentra el derecho a planificar una familia y el derecho a recibir una educación sexual que, inevitablemente, debe ocuparse de la anticoncepción.
Hoy, que tanto se habla de los derechos de la mujer, digo habla, porque hasta la fecha es todo lo que han hecho aquellos que tienen en sus manos concedérselos y que, sin embargo, utilizan leyes, no ya desfasadas, porque en realidad nunca debieron existir, para silenciar una información que toda persona, matrimonio, y pareja deben poseer, porque los hijos son algo tan maravilloso, que deben ser deseados, no fruto de la ignorancia.