Mucho abarca el promotor

Los toros de ayer eran del promotor Martín Berrocal. Su despacho burocrático funciona a la perfección. En las vísperas de la corrida llegó de Estados Unidos donde había hecho pelear a Evangelista. El domingo estará junto a su Huelva, equipo del que es presidente y mañana le gustaría estar en el palco presidencial del Atlético de Madrid. Y mientras tanto, sus reses por los suelos. Si ya lo dice el refrán: «Quien mucho abarca...»En el tendido alto del «3» hay una joven pareja que acude a diario a Las Ventas. Van con una niña de corta edad. Esta se lo pasa en grande. Como la plaza no se acaba de llenar, ella juega por los tendidos. De vez en cuando se echa una amiguita e incluso canta. Ayer acompañó al orfeón de la plaza. La canción se la sabía de memoria: «Tengo una vaca lechera, no es una vaca cualquiera...» Era el fin de fiesta a una corrida que para no salirse de la tónica general resultó adulterada. El que ayer sí tuvo que fin de fiesta fue Alcalde. Toreó su segunda y última corrida dé San Isidro. «No ha habido suerte», nos decía. ¿Y el público de Madrid? «Con muchas ganas de chillar. Quieren toros con kilos y eso de lugar a equivocaciones.» ¿Y los toros de ayer? «Malos, muy malos.» El hombre se va a disgusto de esta isidrada.