"Los políticos siempre te quieren salvar, son muy salvavidas"

Esta tarde presenta Umbral su último libro, su Diccionario para pobres, que acaba de publicar la Editorial Sedinay. «Lo que yo quería hacer, naturalmente, era el Diccionario ideológico de don Julio Casares, pero cuando fui a mirar, resulta que ya había uno», empieza. Por eso hizo uno para pobres, que, además, no son nada ideológicos.

«Se me ocurrió hacer un diccionario. Todo el mundo lo hace: un diccionario es eso que han hecho todos los escritores que no sabían qué escribir. Entonces ponían las palabras por orden alfabético, en vez de por orden poético. »«El mío es un diccionario heterodoxo, porque es para pobres. Yo, como todo el mundo sabe, me preocupo mucho por el lenguaje popular. Y por el otro. En este diccionario se recogen muchas palabras de la calle, de los pobres, que la gente fina no usa, y otras, que sí usa y que los pobres no saben muy bien qué quieren decir, como plusvalía o contratransferencia.

-¿Qué quiere decir pobre?

-Explotado.

-¿Y gente fina?

-La que sabe utilizar la pala de pescado.

-¿De su diccionario, qué palabras le gustan más?

-Umbral, libertad, gachí.

-¿Por ese orden?

-El orden depende de los días.

-¿Qué significa Umbral?

-Es lo contrario del dintel, lo que está abajo en una puerta. De ahí los innumerables chistes de todos los ingeniosos sin gracia de este país.

-¿Pero usted es un humorista?

-Entre las muchas cosas que soy, creo que también soy humorista. Siempre que me paguen por serlo.

-¿Qué es lo que más le gusta de Umbral?

-Este abrigo. Pero se está pelando un poco.

-Bueno, ¿qué quiere decir libertad?

-Churchill dijo que libertad es que llamen a tu casa de madrugada y sea el lechero. Yo digo que llamen a tu casa de madrugada, sea el lechero y te acuestes con él.

-¿Y gachí?

-Gachí quiere decir jai. La misma palabra lo dice. Además yo escribí ya un libro, Las jais, donde se explica bien lo que son las gachís. Aconsejo a todo el mundo que lo consulte.

-¿Cuáles son las palabras que menos le gustan?

-Fascismo, Goebbels y plusvalía.

-¿Se considera un político?

-No.

-¿Qué es un político?

-Un señor que habla mucho por teléfono, todo el rato. Y yo odio hablar por teléfono: no, no se puede decir que me fascinen los políticos. Además, siempre quieren hacer algo con uno. Siempre quieren salvarte. Es incómodo. Son muy salvavidas.

Umbral, en esta entrevista, que ha sido en un bar, progre en tiempos, y no en la panadería, contesta con la insolencia esa tan especial, de los tímidos. «No, infierno no viene. Pasa de Incosol a Instituto Nacional de Previsión. Infierno es una palabra coñazo. Igual había que haberla metido, ahora que la Iglesia dice que nada de infiernos.

Y Paco Umbral acaba con escepticismo la entrevista. «Con este diccionario para pobres he visto la posibilidad futura de recoger todo el argot de la calle. Y eso es lo más interesante. A lo mejor un día lo hago.» Y luego: «Yo no creo en las entrevistas. Es lo más convencional del periodismo. Se parte de una situación falsa que es imposible de romper. Y las cosas importantes, lo realmente grave, nunca se pregunta ni se contesta. No sé por qué se siguen haciendo. Yo las únicas entrevistas que he hecho eran robadas: uno toma unas copas con el entrevistado, y se habla de mil cosas, y sin pretenderlo, salela entrevista. La única entrevista honrada es la robada. »