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Inquietud francesa por el equilibrio en su comercio con España

Una delegación de responsables económicos españoles, dirigida por el subsecretario de Industria, Rafael Ortiz, visitó en la sede del patronato francés (CNPF) a su presidente, François Ceyrac. Después de la entrevista, se celebró una reunión de información presidida por el presidente de la comisión de expansión en el extranjero del CNPF, José Bidegain, a la que asistieron 150 jefes de empresa. El diálogo franco-español se centró en el «deterioro» de los intercambios franco-españoles, desfavorables a Francia, por primera vez en 1976 según los cálculos franceses. El clima creado por la actitud francesa, según un responsable español, fue «casi hostil».

La balanza comercial francesa, en sus intercambios con España, por primera vez el año pasado, fue deficitaria. El valor negativo alcanzó 592 millones de francos (8.000 millones de pesetas). Este dato preocupa de manera creciente al patronato francés, ya que las exportaciones españolas hacia Francia, en 1976, aumentaron en valor el 40%.Según las estadísticas españolas de la Dirección General de Aduanas, las relaciones-comerciales hispano-francesas en 1976 registraron un saldo favorable a Francia del orden de los 7.000 millones de pesetas. La diversidad de datos, que obedece a los distintos sistemas de cálculo de ambos países, pone de manifiesto una real situación de equilibrio en los intercambios. Estos se sitúan en torno a los 90.000 millones de pesetas por cada una de las partes.

Los responsables galos no ocultaron su irritación, ni sus amenazas proteccionistas, en caso de que la reglamentación del comercio franco-español, en el porvenir, no tienda a corregir la situación actual que les resulta desfavorable. Según el patronato francés, es necesaria una revisión profunda del acuerdo comercial, CEE-España, ya que en este último radica el desequilibrio de los intercambios franco-españoles, industriales y agrícolas. El acuerdo firmado en 1970, en opinión de los franceses, es quien penaliza a sus productos y beneficia a los españoles. Todas estas ideas fueron desarrolladas por el señor Bidegain «de manera brutal». estimó el presidente de la «Cámara de Comercio Española en París», señor Cremades.

Frente a tal situación, los franceses tampoco aceptan las proposiciones que ha hecho la «comisión Europea» para reanudar las negociaciones con España. «Estas proposiciones no son aceptables», dicen categóricamente. El patronato francés sólo ve una solución viable: la adhesión española al Mercado Común de manera más o menos inmediata. A su juicio, si España queda fuera de la CEE gozará de todas las ventajas tarifarias y no respetará las obligaciones de los miembros del Mercado Común. Si España entra en la CEE dicen los galos. «se acabarían las distorsiones de competencia, ya que España tendría que introducir armonizaciones indispensables, sobre todo en el dominio fiscal». El director general de exportación del Ministerio de Comercio, Rodolfo Gijón, portavoz de los industriales españoles, respondió con serenidad y seguridad. De manera global resumió la irritación francesa alegando que «nueve grandes potencias no debían tener tanto miedo a una potencia media como es España». En efecto, los españoles opinan que los franceses se alarman indebidamente, porque una vez en la historia su balanza comercial con España sea negativa. También están de acuerdo en que España entre en el Mercado Común, pero respetando los plazos convenientes. Por lo demás, sugirió también el señor Gijón, «que Francia- por primera vez, invierta su apoyo polítco en económico, para que España ingrese en el Mercado Común».

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