Comienza mañana en Londres la "cumbre" económica occidental
El presidente norteamericano, Jimmy Carter, llegó anoche a Londres para participar de la cumbre económica que reunirá en la capital británica a siete jefes de Estado de otros tantos países industrializados de Occidente. Carter es el primero en llegar. Le seguirán hoy Fukuda, de Japón; Andreotti, de Italia; Trudeau, de Canadá; Schmidt, de la República Federal de Alemania, y Giscard d'Estaing, de Francia. James Callaghan, primer ministro del Reino Unido, es su anfitrión. La cumbre se celebrará mañana y el domingo en la residencia oficial de Callaghan, el mítico número 10 de Downing Street.
Los líderes occidentales cuyos países pertenecen a la Alianza Atlántica volverán a reunirse el próximo martes, también en Londres, para discutir temas relacionados con esa organización. En esa ocasión se espera que Carter trate de conseguir de sus aliados un acuerdo sobre las acciones de la OTAN para impedir una preponderancia militar soviética en el mundo. Asimismo, Carter podría informar acerca del estado en que se hallan las conversaciones SALT sobre limitación de armamento.En ambos temas, la mayor parte de los jefes de Estado que ahora están en Londres no disentirán de las posturas de Carter. Sin embargo, en la propia conferencia de Downing Street de este fin de semana sí que podrá haber desacuerdos señalados. Ayer se dijo en Londres que el banquete final del domingo no será precisamente una fiesta porque falta una estrategia común sobre los asuntos que los poderosos traen en sus carteras.
Preocupación económica
Esta cumbre es la tercera de su clase que se efectúa en Occidente desde que Giscard d'Estaing convocó la de Rambouillet en 1975. La segunda fue la de Puerto Rico, organizada por Gerald Ford, en el verano del año pasado, Si las agendas que se han previsto se respetan ahora, el desempleo y la inflación, así como la actitud de las economías fuertes respecto de las más débiles, serían los asuntos que los siete líderes discutirían en Londres. En Gran Bretaña se indica que los «siete» tratarán por todos
los medios de evitar que ésta resulte ser la reunión de un «club de ricos».
Se señala en Londres que al final, si hay beneficiarios de esta cumbre, serán los países pobres, porque a pesar de que los poderosos, como Japón, Estados Unidos, y la República Federal. de Alemania, no serán criticados por no haber alcanzado las cotas de crecimiento económico fijadas en Puerto Rico el año pasado, la tesis de Callaghan sobre la urgencia de que esos países intensifiquen su crecimiento para ayudar a los aliados menos fuertes desde el punto de vista industrial es una de las que va a prosperar en Downing Street. El «diálogo Norte-Sur» será otro de los puntos de la conferencia, y en ese aspecto la posición de los menos ricos también será tenida en cuenta.
En cualquier caso, se ha dicho que el puesto «casi de mero observador» que se le ha asignado a Jenkins, el presidente de la comisión de la CEE, que sólo asistirá a la reunión del domingo, disminuye las esperanzas que en un principio los más débiles de la comunidad tenían en una mayor fortaleza. de su representación. La presencia de Jenkins coincidirá con la discusión sobre comercio internacional, diálogo Norte-Sur y gestiones paralelas a ambos temas. No estará Jenkins en la reunión de mañana, cuando se revisará el orden económico internacional y las repercusiones que las actitudes de los «siete» tienen a nivel mundial, en ese campo. Esa es la agenda oficial. El Gobierno británico, que ostenta la presidencia de los consejos de ministros de la CEE hasta el próximo mes de junio, no ha hecho ningún comentario sobre el modesto papel que se le ha dado a Jenkins.
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