Comienzan las negociaciones para adaptar el acuerdo hispano-comunitario
Después de las negociaciones pesqueras, y a la espera de resultados concretos, españoles y comunitarios vuelven el viernes a la mesa de negociaciones para confrontar posiciones sobre la adaptación del acuerdo comercial de 1970 a la realidad actual de la CEE de los nueve.
El problema, que colea desde hace más de cuatro años, parece llegar a su fin. Los comunitarios proponen adaptar el acuerdo de 1970 en dos etapas. Una primera de tipo técnico, en la que se extendería el acuerdo de 1970 de la CEE, de los seis a la CEE de los nueve, a partir del próximo 1 de julio. Una segunda de carácter económico en la qúe se negociarían nuevas concesiones, agrícolas e industriales, por ambas partes. Tales la tesis comunitaria, adoptada por el Consejo de la CEE, el pasado 5 de abril, en Luxemburgo.España, que anuncia contrapropuestas, rechaza la idea comunitaria de adaptación en dos etapas. La considera «insuficiente» para tomarla como base de negociación. España quiere contrapartidas agrícolas desde el primer momento y está dispuesta a ciertas compensaciones industriales.
Raimundo Bassols, embajador de España acreditado ante las Comunidades Europeas, dirigirá mañana la delegación española, asistida por funcionarios de los Ministerios de Agricultura, Industria, Comercio, Asuntos Exteriores y de la Dirección General de Aduanas.
Por el momento se ignoran las ideas y las propuestas con las que la Administración española piensa combatir la propuesta CEE de adaptación en dos etapas. Se repetirá, sin duda, que España no puede aceptar una extensión unilateral del acuerdo -como amenaza la CEE- sin graves consecuencias para el futuro entendimiento entre Madrid y Bruselas. Recordará que no se puede hablar de desequilibrio a favor de España, cuando la balanza comercial española con la CEE suma 2.000 millones de dólares (138.000 millones de pesetas) de déficit anual. Precisará que la voluntad española de presentar el acto de candidatura al Mercado Común -después de las elecciones- es un elemento capital para que la CEE no intente ahogar, aún más, a un futuro país miembro.
No hay que esperar resultados espectaculares al término de la jornada de negociaciones. A lo sumo se llegará al compromiso de someter la postura española a consideración del Comité de Embajadores Representantes Permanentes de la CEE que, en nombre y representación de los Estados de la CEE, deberán calibrar el momento crítico español. Con todos sus elementos comerciales, económicos y, sobre todo, políticos.
La delegación comunitaria estará dirigida por el francés Roland de Kergorlay, director general adjunto de Relaciones Exteriores de la Comisión Europea, que acaba de ser nombrado presidente del Grupo Interservicios, que bajo las órdenes del vicepresidente de la comisión, el italiano Lorenzo Natali, se ocupará de la problemática de la ampliación del Mercado Común de nueve a doce, con el ingreso de Grecia, Portugal y España.
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