_
_
_
_
_

Estados Unidos limitará próximamente sus entregas de uranio

El capítulo dedicado a la energía atómica, en el plan energético nacional presentado el miércoles ante el Congreso por el presidente Carter, no añadió ninguna luz clarificadora sobre el futuro de las ventas norteamericanas de tecnología nuclear al extranjero, que afectará de modo notable al suministro energético de varios países, entre, ellos España.Medidas concretas sobre la exportación de material y tecnología nuclear serán anunciadas por la Administración Carter dentro de unos días, muy probablemente a finales de abril.

El presidente Carter dijo en su discurso ante el Congreso que Norteamérica debe restaurar la confianza en su capacidad para suministrar servicios de enriquecimiento de uranio y que para ello eran necesarias tres medidas; dos de tipo administrativo y una que necesitará la aprobación del poder legislativo.

La primera medida administrativa que adoptará la Administración estadounidense será la reapertura de los libros de pedido para los servicios de enriquecimiento de uranio. Estos libros se cerraron en julio de 1974, con el Gobierno Nixon, cuando Estados Unidos vendía uranio enriquecido a veinticuatro países extranjeros. La imposibilidad de garantizar los envíos de uranio habría sido el motivo de cerrar estos libros.

En aquella época Norteamérica manejaba el 90 % del negocio mundial de enriquecimiento de uranio y, desde entonces, varios antiguos clientes se han vuelto hacia Francia, Gran Bretaña, República Federal de Alemania y la Unión Soviética, para encargar sus pedidos de combustible atómico.

Otra medida de carácter administrativo-presupuestario anunciada el miércoles por Carter, fue la expansión de la capacidad de enriquecimiento de uranio de Norteamérica. Dicha expansión se realizará principalmente mediante la construcción de plantas centrífugas para el enriquecimiento, que consumen sólo el 10 % de la energía eléctrica de la gastada por las planstas de difusión gaseosa, únicas utilizadas hasta el momento. El método de centrifugado para enriquecer uranio se desarrolló en los últimos cuatro lustros mediante investigaciones secretas.

La tercera medida enumerada por Cartler fue la citación de normas legislativas (que deberán ser discutidas y aprobadas por el Congreso), que garanticen las ventas de servicios de enriquecimiento de uranio a cualquier país que «coincida con nuestros objetivos de no proliferación y que acepte ciertas condiciones».

Esta futura legislación es la que podría afectar a España en un grado aún desconocido, dada la ambigüedad del texto del plan energético nacional norteamericano. La alusión a la «coincidencia con nuestros objetivos de no proliferación» puede entenderse en buena lógica en el sentido de que Estados Unidos no venderá sus servicios de enriquecimiento de uranio a aquellos países que no hayan firmado el Tratado de no Proliferación Nuclear, entre los que se incluye España.

Según todos los indicios, España tendrá que firmar el Tratado de no Proliferación Nuclear y renunciar a su derecho sobre los residuos de uranio y su procesamiento o cambiar su plan nuclear y buscar otro país suministrador de tecnología atómica, lo quepodría acarrear el corte de los envíos de uranio norteamericano y crear graves problemas a nuestra industria.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_