Carrillo: "Alianza Popular es el peligro más serio de regresión política"
«Alianza Popular, dirigida por Fraga, Fernández de la Mora y López Rodó, es el peligro más serio de involución que podría cernirse sobre la incipiente y aún raquítica libertad española. Reducirla a la más mínima expresión electoral es el interés de todas las personas cuerdas de este país, piensen como piensen.» Estas palabras pertenecen al discurso que, por espacio de una hora, pronunció ayer el secretario general del Partido Comunista de España (PCE), en la primera reunión que el comité central del mismo celebra legalmente en España desde el término de la guerra civil.
En presencia de 132 miembros del comité central, entre los que figuraban los más conocidos dirigentes comunistas -Simón Sánchez Montero, Marcelino Camacho, Santiago Alvarez, Ramón Ormazábal, Gregorio López Raimundo, Manuel Azcárate, Ramón Tamames, Nicolás Sartorius, entre otros-, Carrillo dedicó su discurso a poner de relieve la importancia de esta primera reunión pública en España, y atacó a Alianza Popular cómo principal peligro para la naciente democracia, al mismo tiempo que justificaba la moderación observada por el PCE como la política más idónea para esta etapa, y sin renunciar a ninguno de sus objetivos fundamentales de futuro.«Esta reunión del Comité central, que celebramos a cielo abierto tras nuestra salida plena a la superficie -comenzó diciendo el secretario general del PCE- es, en sí misma, una gran victoria de la política de reconciliación nacional y de pacto para la libertad, por consiguiente, una confirmación de la línea seguida por el PCE.»
Afirmó después que la guerra es historia, y recalcó que no sentían ningún odio hacia los qué combatieron enfrente; «ni siquiera hacia los que no habiendo combatido administraron la victoria desde el poder, aveces mostrando más saña contra los vencidos que quienes estuvieron en las tríncheras». Y destacó que «aquí ha cambiado algo irrevocablemente: el que unos pocos sean los únicos que manden, en su propio beneficio; el que los demás per manezcan callados y sumisos, soportando el silencio y la opresión; y el que los partidos; que como el nuestro, nunca se han sometido ni se someterán a la tiranía, sean blanco de todos los golpes y todas las persecuciones».
«Ahora los comunistas somos un partido legal; respetaremos estrictamente los derechos de todos los demás, incluso los defenderemos cuando alguien, injustamente, trate de limitarlos. Pero nadie podrá acallar ni poner sordina a la voz que, ahora públicamente, defenderá los derechos de la clase obrera, de todos los trabajadores, de las fuerzas de la cultura, de los pueblos de España que reclaman el justo reconocimiento de su personalidad; de las gentes humildes y modestas, pequeños y medianos propietarios de la ciudad y el campo, postergados y discriminados bajo la dictadura.»
Reducir los votos de Alianza Popular
Se refirió después a la general acogida favorable que se ha dado a la legalización del PCE, y destacó que sólo voces minoritarias en nuestro país la han considerado una catástrofe, una amenaza o una traición. Citó, a este respecto, al señor Fraga Iribarne; «ahora -dijo- cuando nos proponemos entrar en un periodo de distensión, de convivencia,entre españoles, algo muy diferente a la paz de los cementerios que hemos conocido, los discursos del líder de Alianza Popular pueden ser el contrapié que subraye y exalte el valor de la democracia, por todos compartido».Seguidamente, afirmó que «lo que sí deberemos hacer cuantos queremos la reconciliación, la convivencia y la democracia es esforzarnos porque Alianza Popular tenga los menos votos posibles en las elecciones. Si tuviera muchos, todos lo sufriríamos, desde el Gobierno y las Instituciones, hasta la oposición, unos porque, según él, han traicionado y dado un golpe de Estado, otros porque no hemos cesado de luchar por la libertad. Ya sabemos la suerte que nos aguardaría en una fragalandia que haría palidecer de envidia los desmanes de Pinochet».
Pacto Constitucional del centro a la izquierda
Posteriormente, Santiago Carríllo expresó el reconocimiento del PCE a la solidaridad prestada por las fuerzas democráticas en la lucha por su legalización, y enespecial a aquellas que respaldan a la comisión negociadora de los diez. Negó que la Oposición haya actuado de una manera inoperante, dado lo estrecho y accidentado del camino hacia la democracia, y réiteró su deseo de que la comisión negociadora continúe su labor en los meses próximos, por lo menos hasta tanto no se hayan celebrado las elecciones.Citó seguidamente a una serie de personalidades a los que rendía «testimonio de respeto» -citó en los primeros lugares a los señores Ruiz Giménez, Satrústegui y Fernández Ordóñez, dejando a Felipe González y a los líderes de extrema izquierda para el final-, así como a los hombres que iniciaron en la Junta Democrática el proceso unitario -las primeras citas en este caso fueron para Andréu Abelló y García Trevijano-, y resaltó después que «las fuerzas democráticas nos hallamos remando juntos en la misma galera».
En línea con este grupo de problemas, Carrillo abordó a continuación la necesidad de un pacto Constitucional que vaya desde el centro hasta la izquierda. Hubiera sido mejor crear un frente democrático electoral -dijo-, «pero ante la imposibilidad de realizarlo, entre otras razones por el peso de la política atlántica sobre cada uno de los partidos con homologación europea, cabe la solución de ir separados a las elecciones para el Congreso. En cambio para el Senado, los comunistas hemos propugnado la necesidad de candidaturas comunes sostenidas por todos los partidos democráticos. Si no, el Senado puede resultar el bunker neofranquista donde se estrellen todos los intentos de transformar en, Constituyentes las próximas Cortes». Destacó que por esa solución ya se han pronunciado el PSOE y el PCE.
Asimismo afirmó que «la posibilidad inmediata más favorable que podemos lograr es una Cámara donde la mayoría sea de centro izquierda. No podemos pensar en estas elecciones en una mayoría de izquierda. Asimismo indicó que sería impracticable en nuestro país un centro-izquierda anticomunista como el que ha existido en otros países europeos.
Seguidamente, el secretario general del PCE dedicó gran parte de su discurso a defender la política seguida por el partido en esta última etapa, y que ha recibido numerosas críticas por su moderación. En este sentido dijo que los frutos de está política eran la legalización del partido y el haber conseguido mantener las alianzas con las fuerzas democráticas, pese a las presiones recibidas por éstas, así como «haber obtenido el consenso para nuestra legalización de medios reformistas muy influyentes, que hasta hace semanas la combatían resueltamente, y el haber neutralizado a importantes sectores del aparato del Estado que nos observaban aún ayer como enemigos declarados».
Afirmó que sin esa moderación nada de ello habría sido posible, y afirmó que sacar las masas a la calle y batirse frontalmente contra el aparato del Estado hubiera conducido a una derrota brutal. En este sentido mencionó que «los grupos colocados sedicentemente a nuestra izquierda» están dando también pruebas de un espíritu responsable, y aunque critiquen al PCE en tertulias y cenáculos, colectivamente se mantienen muy sosegados y tratan de lograr su legalización. Entró después en el análisis de las criticas que el partido recibe por la derecha, y especialmente de la reserva expresada por muchos en cuanto al respeto de lo comunista a las reglas democráticas. Carrillo aseguró que el PCE cumplirá integramente su programa y se atendrá rigurosamente a las reglas del juego democrático, cosa que nadie puede garantizar hagan los franquistas de toda la vida que ahora se dicen demócratas.
En cuanto a las críticas que se hacen «más cerca de nosotros ideológicamente» a la «supuesta falta de democracia interna en nuestro partido a causa del centralismo democrático», Carrillo afírmó que no hay diferencias con otros partidos, como el PSOE. En este, las candidaturas han sido elaboradas por el comité federal -«equivalente a nuestro comité central», en palabras del secretario general del PCE; la Juventud de Alava ha sido disuelta por la dirección nacional, y el mismo órgano ha acordado también la expulsión de miembros de la Juventud Socialista y expedientes a otros; y la modificación del acuerdo de Congreso sobre la afiliación obligatoria a la UGT ha sido acordada por el comité federal.
Anunció después después que, aunque en el Partido Comunista hay organizaciones nacionales y regionales que gozan de completa autonomía, el PCE es un solo partido y no una federación de partidos, y «en el Congreso habrá una sola minoría parlamentaria comunista, lo que no será obstáculo para que representantes de nacionalidades y regiones tomen iniciativas conjuntamente con los partidos de carácter nacional y regional ».
Por otra parte, Carrillo definió los objetivos de los comunistas en estas elecciones. Entre ellos, figuran hacer la más amplia campaña posible para restablecer la verdadera imagen del PCE, comenzando a destruir «la torva caricatura presentada durante cuarenta años por la propaganda franquista», obtener el mayor número de diputados posible; conseguir que en el Senado haya una mayoría democrática elegida en candidaturas unitarias, y extender y fortalecer la organización del partido. «Hay que trabajar -dijo- como si fuéramos aganar en todas las provincias.»
Carrillo anunció también que «después de las elecciones prepararemos el primer congreso legal, en medio de una amplia discusión. Ese congreso decidirá libremente sobre ta política, la dirección y el funcionamiento del partido en los años próximos».
A puerta cerrada
El discurso del secretario general del PCE fue acogido con aplausos. Seguidamente se reanudó la sesión, a puerta cerrada, para discutir el programa electoral y las listas de candidatos. Esta reunión, que se celebra en un local de la zona de Generalisimo, terminará hoy, y es muy probable que se dé a la publicidad la relación definitiva de candidatos del partido. La mayor parte de las listas de candidatos por cada provincia están encabezadas por miembros del comité central.A la reunión no asiste, como ya es sabido, la presidenta del partido, Dolores Ibarruri, que aún no ha podido regresar a España. Carrillo expresó su confianza de que ello ocurra pronto.
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