Prensa y radio del Movimiento continúan en manos del Estado
Es muy difícil saber con exactitud el poder real de difusión de los actuales medios informativos de la cadena del Movimiento. De sus 35 periódicos, de los que se estima una tirada global de cuatrocientos a 500.000 ejemplares diarios, solamente ocho están sujetos al control de la Oficina de Justificación de la Difusión (OJD), y ninguno de éstos supera la tirada de 45.000 ejemplares.La cadena, planteada en estos términos generales, es deficitaria, y en su mantenimiento financiero interviene el Estado aportando una cifra aproximada de mil millones de pesetas anuales. Respecto a la agencia de noticias Pyresa, también del Movimiento, se cree que se fundirá con la agencia Cifra.
La Radio del Movimiento -45 emisoras de Radio Cadena Española- parece que no tiene problemas financieros en conjunto. Esta cadena es el resultado de la fusión de la Red de Emisoras del Movimiento (REM) y la Cadena Azul de Radiodifusión (CAR).
La prensa del Movimiento ha constituído hasta el presente, y parece que también en el próximo futuro, un hecho singular en el mundo de la información de los países en los que, como en España, se admite, y hasta se defienden, los principios de propiedad privada y subsidiariedad del Estado. Esta singularidad sólo se puede interpretar como consecuencia de los postulados de un Estado totalitario sui generis como ha sido el español desde 1939.
En su origen, la prensa del movimiento responde a una situación histórica de guerra civil y posguerra, una situación, por tanto, excepcional, de la que surge un poder único que fusiona los poderes políticos, económicos e informativos. A medida que estos poderes se van canalizando hacia otros sectores, la cadena estatal de prensa y radio va perdiendo sentido real, lo que se refleja en su escasa potencialidad de difusión.
La legislación que ampara el origen de la prensa del Movimiento arranca de una orden del 10 de agosto de 1938, que ya en su artículo primero dispone la intervención por el Ministerio del Interior y por el Servicio Nacional de Prensa «de todo material de imprenta que apareciera en las ciudades que se fueran ocupando por las fuerzas nacionales». Este material sería puesto a disposición de¡ Servicio Nacional de Prensa.
Pero el texto legal específicamente creador de la prensa del Movimiento fue la ley del 13 de julio de 1940, por la que se disponía que «pasaran al patrimonio de la Delegación Nacional de Prensa y Propaganda de Falange Española las máquinas y demás material de talleres de imprenta o editoriales incautados por el Ministerio de la Gobernación... siempre que se trate de material perteneciente a empresas o entidades contrarias al Movimiento Nacional».
Esta ley puso en poder de la prensa del Movimiento un elevado contingente de material de imprenta y de edificios. Este hecho y el que se eximiera a la prensa del nuevo sistema de bastantes gravámenes fiscales facilitó el que la Delegación Nacional de Prensa y Propaganda se convirtiera en el mayor editor de publicaciones periódicas de España.
Propaganda
La prensa del Movimiento es fruto de unos intereses claramente políticos y propagandísticos y también, en parte, culturales (siempre que fuera la cultura del sistema); carece, por tanto, de fines mercantiles, lo que le plantea serias dificultades, ya no tanto financieras, porque recibe corrientes seguras de dinero del aparato del Movimiento, sino de sentido de muchas de sus publicaciones deficitarias y poco difundidas. No obstante estas dificultades, en 1965 se afirmaba que la cadena de prensa del Movimiento era cuantitativamente el complejo periodístico más importante de España, y uno de los primeros de Europa.La ley de Prensa e Imprenta vigente (1966), que en algunos aspectos introduce modificaciones sustanciales en el panorama informativo español, no modifica sustancialmente dichas publicaciones de la cadena. Lo que hace es regular el régimen jurídico de las mismas.
La ley establece que estas empresas continuarán sujetas a las disposiciones que las crearon, pero deberán cumplir los requisitos formales exigidos por la ley. Esta regulación permite a las publicaciones del Movimiento una situación jurídica peculiar y propia, diferente a la que corresponde a las empresas de prensa no estatales o privadas. En definitiva, las publicaciones del Movimiento se sitúan en un plano formal de igualdad ante la ley, similar al de las demás empresas informativas privadas, pero tanto por su origen como por su evolución, características informativas y legales, este plano de igualdad se puede considerar como inexistente, ya que sus publicaciones gozan de una posición privilegiada.
La corriente deficitaria que desde su fundación han arrastrado muchos de los periódicos del Movimiento planteó en repetidas ocasiones a sus dirigentes la necesidad de su renovación. El plan de renovación más espectacular lo inició Emilio Romero al frente de la Delegación, a quien llamó el ministro Utrera Molina, porque las pérdidas se estimaban en unos setecientos millones de pesetas.
La operación de «reforma Romero» se inició con el cierre de Arriba España, de Pamplona (del que parece que se imprimían treinta ejemplares diarios), La Voz de Castilla, de Burgos; Voluntad, de Gijón; Jornada, de Valencia, y La Tarde, de Málaga. Por otra parte, el diario Sevilla se convirtió en un periódico con pretensiones de difusión regional, bajo el nombre de Suroeste (en esta operación se gastaron más de doscientos millones de pesetas).
En la actualidad las pérdidas de la cadena deben andar alrededor de los 2.000 millones de pesetas. Entre los motivos de estas pérdidas se encuentran, además del planteamiento estructural de finalidades no mercantiles, las fuertes indemnizaciones a todos los equipos y altos cargos que han pasado por la Delegación.
El gran aparato burocrático existente -servicios, delegaciones, secretarías- sin funciones concretas ni eficaces a desarrollar, cuesta a la Delegación cerca de mil millones de pesetas anuales.
Reclamaciones
Ante la inminente reestructuración de los periódicos de la cadena, diversos partidos políticos están preparando formalmente la reclamación de algunos de los títulos de los periódicos o de las rotativas y bienes inmuebles que fueron incautados durante la guerra civil.Los dirigentes de Falange Española de las JONS tienen el propósito de reivindicar varios periódicos de la cadena, especialmente el Arriba, como propiedad del partido. Sobre este tema se han mantenido conversaciones entre Pilar Primo de Rivera y diversas autoridades de Secretaría General del Movimiento. Aquélla pediría, fundamentalmente, el Arriba como periódico fundado por José Antonio Primo de Rivera.
Varios partidos políticos de la Oposición van a reivindicar también los bienes incautados a dichos partidos y que luego pasaron a disposición de la Delegación de Prensa y Radio del Movimiento.
Concretamente, el Partido Socialista Obrero va a reivindicar -según se nos ha manifestado en medios competentes del partido- la rotativa del Boletín Oficial del Estado, que pertenecía antiguamente a El Socialista, y las del periódico Nueva España, de Oviedo, antiguo Avance (también socialista), y otras publicaciones de la UGT de periodicidad semanal.
El Partido Nacionalista Vasco tiene en la lista de sus reivindicaciones reclamar las rotativas y bienes de su propiedad que le fueron incautados del lugar donde se tiraba Euzkadi, La Tarde, y Excelsior, y que sirven al periódico Hierro, de Bilbao. El mismo partido reclamará el periódico Unidad, cuyos bienes fueron antigua propiedad de El Día, de San Sebastián. En Navarra, el PNV piensa reivindican los bienes del desaparecido Arriba España, que procedía de una incautación de La Voz de Navarra.
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