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COLOQUIO DE PAU

La crisis de Estado de 1898 a 1936

Ángel S. Harguindey

La ponencia del profesor Tuñón de Lara, Rasgos de crisis orgánica o estructura, tuvo un marcado carácter orientador y global. Se analizaba las interrelaciones políticas y económicas en la España de 1898 hasta los comienzos de la guerra civil, insistiendo en la preponderancia de la pequeña y media burguesía para comprender los acontecimientos históricos de la época.

Para Tuñón la crisis ideológica no es otra que la que conduce a la ruptura entre los representantes y los representados. En el caso español se asiste correlaúvamente a una progresiva toma de conciencia de las clases populares.La derrota de 1898, punto de partida de la exposición, no produjo una crisis económica en todo el territorio español aunque repercutió en toda la burguesía. El sistema político de la restauración es criticado desde varios sectores e individualidades: desde la Universidad (Institución Libre de Enseñanza) y Benito Pérez Galdós en sus últimos Episodios nacionales, por ejemplo. Pese a todo son críticas desde la pequeña burguesía -como el caso de Joaquín Costa- y no constituyen, a juicio del ponente, una crisis de hegemonía.

En el período entre 1916 y 1920 se asiste a los primeros rasgos de la crisis de hegemonía, lo que no conlleva necesariamente una crisis en la economía. En esta época hay una acumulación de capital, se crean nuevos bancos, sociedades anónimas, etcétera. Para Tuñón de Lara los rasgos distintivos del bloque hegemónico son los de una oligarquía apoyada por el caciquismo, por la autocracia rural. La agricultura y la ganadería aportaban en esta época más del 50 % del producto nacional bruto, señalando las características específicas del bloque, dominante en el que la gran burguesía agraria se interrelaciona con la burguesía fínanciera a través de inversiones en la industria, matrimonios, etcétera (Romanones, Medinaceli, Loring, entre otros). Se da el ciclo completo de caciques -grandes financieros- jefes del Partido Conservador, como en el caso de las familias Cánovas, Gamazo, Maura, De la Mora, Calvo de León, Ybarra, Carbonell, Conde de los Andes, entre otros. Para Tuñón de Lara tiene especial relieve el hecho de que se produzca la hegemonía agraria, imbricada con el capital financiero ya que ello conlleva intereses coincidentes. La burguesía industrial acabará por aceptar los esquemas de la burguesia agraria, Incluso una burguesía como la catalana, acabará aceptando la estructura agraria nacional, porque son conscientes de que si se comenzaba a remover la estructura agraria de Andalucía, no sabían hasta dónde podría alcanzar la ola.

A partir de los años veinte los partidos hegemónicos pierden clientela allí donde no pueden controlar sus censos. En el intento de reconquistar adictos, el partido reformista tuvo que ceder, en ocasiones, su influencia a sectores de la burguesía industrial, como es el caso de la Lliga Catalana. A partir de 1918 se comprueba, cada vez con mayor claridad, que los partidos existentes en el blo.que hegemónico ya no son capaces de gobernar. Sectores sociales como los rnílitares, funcionarios de Correos, estudiantes, el movimiento obrero y el campesinado adquieren cada vez mayor preponderancia. De todo ello da fe Ortega «que es el gran notario de la crisis de poder. Ortega -añadió Tuñón- habla de la invertebración en el origen de la restauración». Desde El Sol pide Cortes constituyentes y critica la falta de representatividad del sistema.

Pequeña burguesía

Tras esbozar a grandes rasgos la actitud de la Universidad en este período y señalar la cuestión de las nacionalidades como una clara contradicción con la maquinaria de centralización del Estado, pasó a describir la importancia cuantitativa de la pequeña y media burguesía, clases que en la década de los veinte suponían más de dos millones y medio de población activa, lo que representa cerca de nueve millones de población total. Los grupos políticos olvidaron o minimizaron toda la importancia de esta clase.Otro de los temas que agravaron la situación fue la guerra y la política colonialista en Marruecos. Todo ello produjo el aislamiento y la división del bloque dominante. Para el profesor Tuñón la falta de unión en la izquierda impidió el que presentara una alternativa factible, agudizada por no tener conciencia del nuevo bloque hegemónico que se estaba produciendo, la fálta de una política coherente de alianzas Y la inexistencia de teóricos de los partidos. La consecuencia de todo ello fue la dictadura de Primo de Rivera, un régimen de fuerza que viene a llenar el vacío de los partidos políticos del bloque hegemónico. A la dictadura -según Tuñón- la apoya la gran burguesía. en contra de las tesis de Carr que habla de un apoyo de «técnicos». Bajo la apariencia tecnocrática -añadiría el ponente- surgen los nombres de los oligarcas: Urquijo, Lequerica, Maura, Andes, etcétera. Sin embargo la fase de la dictadura no soluciona la crisis sino que la agrava al separarse las clases medias del bloque dominante, En este período tiene especial importancia los acontecimientos universitarios. La crisis orgánica es mayor que nunca y Ortega escribe su Delenda est Monarquia.

II República

El 14 de abril de 1931, se instaura la II República. La pequeña burguesía y los representantes de la clase obrera controlan formalmente el aparato político, sin embargo la clase dominante continúa con el control económico, y tiene gran influencia en el aparato coactivo, ejército y Guardia Civil, esencialmente.Para el ponente lo que en realidad había en 1931 era un bloque económicamente dominante y un bloque progresista que no tiene conciencia de hegemonía y que a nivel ideológico está penetrado de los conceptos de Estado del bloque anterior. Con la proclamación de la República la burguesia agraria escoge el camino de la violencia (para ratificar lo afirmado el profesor Tuñón enumero varios casos concretos la mayoría de ellos recogidos en las intervenciones parlamentarias de Alvarez Angulo). La cuestión agraria tiene una importancla decisiva en el panorama político, como lo demuestra el hecho de que Calvo Sotelo, la Falange y los Jonsistas aludían al campo en sus programas con un mayor interés que a la industria. El bloque nacional de 1934 tenía una idea obsesiva en resolver la situación del campo. Las instituciones eclesiásticas, la prensa, el teatro, el cine, la radio e incluso el fútbol, formaban parte del aparato ideológico del bloque dominante de la economía.

Desde 1934 a 1936 la derecha vuelve a tomar las riendas del Poder, y tras las elecciones de febrero,de 1936, en las que el Frente Popular accede al Poder, el bloque dominante en lo económico opta por la violencia total: la guerra civil.

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