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Mayor flexibilidad del gobierno rumano hacia los disidentes

Una nueva entrevista entre el disidente rumano Paul Goma y el miembro del Comité Ejecutivo Político (Politburó) Cornel Burtica se celebró el pasado sábado y en ella se vislumbró una postura más liberal por parte de las autoridades rumanas, tanto en lo que respecta a sus disidentes internos, como a los firmantes de la Carta 77. El propio Burtica, uno de los hombres del futuro político rumano, declaró que él mismo podría suscribirla Carta.

Sin embargo, Goma. manifestó con toda crudeza que también en Bucaret pasan periódicamente un tiempo en clínicas siquiátricas determinados contestararios que en ocasiones han adoptado posturas discordantes con las directrices del Gobierno.El periodista rumano dice conocer cuatro casos en los que los afectados tuvieron que permanecer hasta seis meses en instituciones para enfermos mentales. De las cuatro clínicas dedicadas expresamente a este cometido, dos se encuentran situadas en la capital de la nación.

Los internados fueron objeto de retención en 1975, al negarse a firmar una declaración del Gobierno en la que se reafirmaba la fidelidad de Rumania a la URSS, y en otras ocasiones, como durante la visita del presidente americano Ford a Bucarest, en agosto de hace dos años y durante la celebración en esta capital de la conferencia del Pacto de Varsovia, el pasado noviembre.

Paul Goma cita a diplomáticos occidentales como garantía de que son ciertas sus observaciones. Los cuatro internados han enviado al escritor sendas declaraciones firmadas con las que tratan de garantizar la veracidad de sus relatos. Al mismo tiempo, han pedido a Goma que remita este material a la «cumbre» de Belgrado del próximo 15 de junio.

En cuanto al número de quienes en estos momentos se encontraban en clínicas siquiátricas por motivos supuestamente políticos, Goma dice que, según diplomáticos occidentales, deben sumar en total unos cien.

Paul Goma, junto con un pequeño núcleo de seis rumanos más, hizo circular a mitad de febrero una declaración en la que se reclamaba la convocatoria de una conferencia internacional sobre derechos humanos, previa a la segunda «cumbre» para la seguridad y cooperación en Europa. Esta declaración ha sido firmada ya, hasta el lunes pasado, por 126 rumanos.

A diferencia de otros países socialistas, las autoridades rumanas mantienen desde un principio contactos frecuentes con los disidentes representados por, el citado periodista. Desde febrer6, Goma se ha entrevistado varias veces con el vicepresidente del Gobierno y secretario del Comité Central del PC, Cornel Burtica, la última vez el pasado sábado.

En la conversación del fin de semana, que se prolongó durante 75 minutos, estuvo también presente, como observador imparcial, el escritor Nicolae Breban. Cornel Burtica hizo a Goma una proposición insólita: que enviase al jefe del partido, Ceaucescu, una carta pidiéndole que suscriba una declaración de solidaridad con el movimiento checoslovaco de Carta 77. El propio Burtica ha sugerido que él mismo no tendría inconveniente en firmar tal documento, contando con que Rumania se ha manifestado repetidas veces contra la intervención del ejército aliado socialista en Checoslovaquia, en 1968.

Goma, de 41 años, ha manifestado a su vez, que no duda de que el movimiento por los derechos humanos se impondrá en Rumania, país en el que ve grandes diferencias a su favor respecto de otros del bloque oriental. «Estoy convencido -ha comentado- de que las cosas mejorarán muy pronto y radicalmente en nuestro país. »

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