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El Gobierno italiano prepara medidas rigurosas contra la violencia

El ministro del Interior, Francesco Cossiga, habló ayer tarde en el Senado italiano sobre la grave situación que se ha creado en el país a raíz de los violentos desórdenes de estos últimos días en Roma y Bolonia. «Se han creado, según el ministro, condiciones políticas y técnicas de extrema delicadeza para la gestión del orden público y de la seguridad general.»

Según el ministro, existe un plan premeditado de provocación y agresión. Las manifestaciones juveniles son un pretexto. «No controlar o no neutralizar a los grupos violentos y facinerosos es entrar en complicidad con ellos. » La conclusión del ministro es que no se pueden considerar suficientes las formas ordinarias de gestión del orden público. -«El Gobierno no, tiene intención, en absoluto, de eludir sus funciones o responsabilidades. Adoptaremos en forma prudente y proporcionada a la gravedad de las circunstancias todas las medidas permitidas por las leyes, y podemos proponer la adopción de medidas más rigurosas al Parlamento», ha dicho el ministro del Interior.

Cossiga no ha indicado qué «medidas más rigurosas» se adoptarían en caso necesario, pero el diario Stampa Sera dice que podrían incluir la proclamación del estado de excepción, hecho que no tiene precedentes en el país. Sin embargo, comunistas y socialistas se oponen a tal proclamación.

Para que la Universidad de Bolonia no se convirtiera en un fortín de subversión, el Gobierno dio orden de emplear los más modernos medios acorazados antiguerrilla, y a las cinco media de la mañana de ayer, en tres horas, los «carabinieri» limpiaron toda la ciudad. «Secuestraron» la emisora privada Radio Alice, que sirvió a los estudiantes para incitar a la revuelta, y se recogió armamento vario y cócteles Mololov.

El Gobierno ha prohibido por tiempo indeterminado toda clase de manifestaciones en Bolonia, y durante quince días en Roma. El domingo pasado el primer ministro, Andreotti, mantuvo una reunión-cumbre con el presidente de la República, Giovanni Leone, y con los presidentes de la Cámara y del Senado, Pietro Ingrao y Amintore Fanfani, respectivamente.

A los funerales del estudiante de medicina, de veinticinco años Francesco Lorusso, que resultó muerto por un proyectil de la policía el viernes pasado en Bolonia, han asistido ayer en dicha ciudad unos 5.000 jóvenes.

Un compañero de estudios, y correligionario de Lucha Continua, de extrema izquierda, pronunció una oración fúnebre de duro tono político.

En círculos políticos y jurídicos se tiene la convicción de que no son suficientes las intervenciones tácticas improvisadas, como la ley Reale, y el aumento de penas por la tenencia ilegal de armas. Las promesas que el Gobierno hace de reformar la policía subiéndole el sueldo, la revisión de secreto militar y la reforma carcelaria no llegan nunca o no son suficientes.

Los partidos han convocado casi todos a sus planas mayores. Ayer se reunió el Partido Comunista, que actúa con gran cautela y deja la iniciativa de romper los difíciles equilibrios políticos a otros partidos.

Mientras, el clima de crisis de Gobierno que agravó el «escándalo Lockheed» vuelve a imponerse. Se habla en medios políticos de un Gobierno de democristianos, republicanos y socialdemócratas con los socialistas en la mayoría y los comunistas de acuerdo sobre el programa.

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