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Últimas reacciones a la "cumbre" de Madrid

Berlinguer regresó a Roma

«La legalidad del Partido Comunista de España (PCE) es un asunto muy importante que tiene que decidir el país y nosotros no debemos inmiscuirnos en este asunto», declaró ayer a los periodistas el secretario general del Partido Comunista Italiano (PCI), Enrico Berlinguer, poco antes de su salida a Roma por vía aérea, a primeras horas de la tarde.Dijo también el político italiano que la cumbre eurocomunista de Madrid había tenido un resultado muy positivo, por lo que marchaba satisfecho. Indicó también que de momento no había prevista otra nueva reunión y que no sabía nada de la reunión de los partidos comunistas de la Europa del Este, en Sofía.

Preguntado si la postura independiente del PCI puede verse amenazada por la reacción soviética, sobre todo en el terreno financiero, contestó el señor Berlinguer que su partido no tiene ningún problema de tipo económico con el extranjero. «Todos nuestros ingresos vienen solamente de Italia, de la contribución de los miembros del partido», dijo.

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Acerca de la posibilidad de que el PCI suba al poder, puntualizó que su partido no habla de tomar el poder, sino de participar en una coalición gubernamental en la que aparezca junto a otros partidos democráticos.

Por último, señaló el líder comunista italiano que regresará a España en fecha aún no decidida, pero no solamente para asistir a unas reuniones, sino para conocer mejor el país. Berlinguer visitó por la mañana, antes de su partida, las salas de pintura española y veneciana en el Museo del Prado.

Despidieron al secretario general del, PCI miembros del ejecutivo del PCE, entre ellos, Santiago Alvarez, Manuel Azcárate, Armando López Salinas y Jaime Ballesteros.

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Con el regreso de Berlinguer a su país han terminado los flecos informativos de una cumbre caracterizada por el apoyo, claro y directo, de los partidos comunistas francés e italiano a la legalización del Partido Comunista de España, así como a una redefinición de las soluciones convergentes que las tres organizaciones propugnan.

Según informes de difícil confirmación, a los que, sin embargo, se concede crédito en círculos periodísticos, los partidos francés e italiano -pero no el español- fueron discretamente advertidos por Moscú antes de la cumbre, aunque ellos no se sintieron influidos por tales advertencias.

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