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Últimas reacciones a la "cumbre" de Madrid

Para los franceses el encuentro consagró el eurocomunismo

«El encuentro de Madrid consagró el eurocomunismo», o el «eurocomunismo, sin comillas, nació en Madrid», 0 «el eurocomunismo fue bautizado en la capital española», son fórmulas que podrían resumir escuetamente las reacciones francesas más numerosas después de la cumbre de Madrid.

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Esta misma franja de la opinión resaltó que el documento común, de los tres dirigentes de los partidos comunistas sureuropeos, no hacía alusión directa a los movimientos de disidencia y a la lucha por la libertad que agita los países comunistas. Para la derecha más conservadora, como ya anunció antes de que fuese inaugurada, la cumbre fue una farsa. El líder comunista francés, Georges Marchais, anteanoche, al llegar a París, declaró que «la conferencia tenía por objeto aportar la solidaridad de los comunistas italianos y franceses a sus camaradas del PCE». Esta dimensión de las conversaciones de Madrid fue apreciada positivamente en esta capital. Aquí no se duda que el PCE será legalizado, aunque como lo hacía ayer el vespertino independiente Le Monde, muchos observadores sospechan que «el Gobierno usará y abusará de su poder para colocarlo de bruces ante las elecciones».Para el diario ya citado, desde el jueves último, «el eurocomunismo es una idea, un estado de espíritu, un movimiento del que, ahora, se distinguen los límites, las posibilidades, las divergencias y las contradicciones ». El diario de izquierdas Le Matin de Paris, lamentaba la laguna relativa a los derechos del hombre en los países socialistas y reconocía en el resultado final una doble esperanza: «La reunión de Madrid conforta la evolución democrática del régimen español y manifiesta, por parte de los líderes comunistas, el deseo de conciliar democracia y comunismo.»

La mayor parte de los observadores pusieron de relieve que el líder del PCE, Santiago Carrillo, sólo obtuvo una semi-victoria, porque no consiguió que sus colegas francés e italiano condenasen los atentados contra la libertad en los países del Este. El dirigente socialista Michel Rocard, ayer, declaró que «el eurocomunismo no quiere decir nada». En su opinión, el eurocomunismo «prueba solamente que para muchos partidos comunistas, sus relaciones con Moscú han pasado de la disciplina y de la obediencia a una amistad antigua».

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