Tienes que venir a España
Alberti, ahora que las cosas toman otro cariz en esta España, vestida de luto y sangre, tienes que venir.Pero tienes que venir como poeta, corno poeta del pueblo, de ese pueblo que galopó hasta dar de frente con el mar y perderse en la sangrienta bruma del pasado.
Tienes que venir con el clavel que «ayer rodó seco, en tierra, para siempre»; bueno, para siempre, no, porque sólo murió un clavel y aún quedan muchos.
Pero no vengas -y no es reproche- a lomos de la fama y del mito, a lomos de gran hombre. No, tú tienes que venir a lomos de la sen,cillez, de la humildad, no te codees con los grandes dioses, codéate con la gente que se levanta temprano y se duerme tarde, con la gente que aún tiene un clavel entre las dos manos, como una esperanza en el futuro.
Alberti, desde esta España de poetas te digo: tienes que venir a España.