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Los expropiados de As Encrobas, descontentos con las tierras que les ofrecen

No tuvo éxito la operación de búsqueda de terrenos para trasladar la población de As Encrobas. El domingo por la tarde la comisión de afectados volvió desilusionada a sus casas, después de visitar dos extensiones localizadas al norte de la provincia de La Coruña.«No me explico -declaró ayer a este periódico un portavoz de la comisión- cómo se le ocurrió a alguien pensar que podíamos cambiar nuestro valle por las tierras que nos ofrecieron. Sería cambiar los ojos por el rabo. Una de las fincas cerca de San Saturnino no merece la pena ni fijarse en ella. Allí, no crece más que una poca de hierba entre peñascos. La otra, en La Barquera, a ochenta kilómetros de La Coruña, vale un poco más pero ofende su comparación con nuestra parroquia. La empresa demuestra así poca voluntad para llegar a un acuerdo sobre el traslado.»

El moderador de las negociaciones, Fernando García Agudín, ofreció a EL PAIS una opinión contraria. «La finca de La Barquera -dijo-, con una extensión de 120 hectáreas de pastizales, formidables podría ser desde luego totalmente aceptable dentro de las posibilidades. Se les ofreció también otra finca de noventa hectáreas, al lado de El Ferrol, en Santamariña, y otra de ochenta hectáreas en Arzúa. Luego había alguna opción más de pequeña extensión en Moeche, por ejemplo. Yo creo que los afectados están mostrando menos voluntad de traslado que la que pregonaron".

El conflicto parece haber entrado nuevamente en una fase difícil. «En realidad, nunca fue tan optimista todo -opinaron ayer los afectados a este periódico- como se dijo a través de la televisión y de algunos periódicos. Nosotros no queremos poner trabas a un arreglo posible, pero tampoco nos gusta que nos tomen el pelo. La televisión y algunos periódicos no cesan de decir que estamos a punto de una solución fravorable. Eso es lo que quisiéramos ver nosotros, pero no se presenta tan fácil por ahora. Nosotros queremos que se nos traslade, pero ya lo dijimos muchas veces: a unas tierras en las que podamos vivir en condiciones similares a lo que ahora tenemos, y las fincas que nos enseñaron el domingo no se pueden ni comparar con As Enerobas.

En opinión del señor García Agudín, el problema debería ser planteado ahora en base a conseguir, aparte de las indemnizaciones correspondientes, la dotación a todas las familias de nuevas viviendas y la garantía de puestos de trabajo para todos los encrobeses en la nueva industria.

Mientras tanto, el arzobispo de Santiago hizo llegar nuevamente su apoyo a los vecinos. A través de una carta enviada al párroco de As Enerobas, reitera su solidaridad con los afectados, haciendo una vez más suyo el problema social que se originó. «Sabéis -les dice monseñor Suquía-, que estoy a la disposición de todos vosotros, y de todo el mundo, pero quisiera que también os dierais cuenta de que mis posibilidades son muy pocas.»

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