El conflicto taurino, en su momento más complicado
Después de tres meses de negociaciones, el conflicto taurino está en su momento más complicado y llega a un punto en el que todos saben lo que quieren (o así lo suponemos), pero nadie se entiende. Mañana podrían clarificarse posturas, pero no habrá acuerdos, si no es previa claudicación de alguna de las partes afectadas presumiblemente matadores o subalternos.
JOAQUIN VIDALInsisten éstos en que no han establecido pacto de ningún tipo con los empresarios. Varios de los matadores que constituyen la comisión designada por su asamblea general no han hecho nada práctico en favor de sus compañeros y alguno ha tenido la desfachatez de utilizar esa transitoria condición de comisionado para presionar a determinado empresario de vastas influencias con objeto de allegarse contratos. Entre los empresarios, de un lado están los del monopolio, que abordan el problema con astucia (y para su exclusivo provecho, como siempre), y de otro, los modestos, sin apenas opción a dejarse oír. La sensación general es que los representantes de los matadores (con excepciones, por supuesto, y además ejemplares) no han estado a la altura de las circunstancias, Han hablado mucho por los vestíbulos de los hoteles y por los pasillos, pero a la hora de negociar permanecían con la boca cerrada. Había más miedo a la posible enemistad de los empresarios que ilusión por ganar una batalla social. Nos cuentan anécdotas signifícativas. Por ejemplo, el argumento qué utilizó Jesús Sánchez en una réplica a Balañá: «No tiene razón, porque el secretario del Ayuntamiento de Barcelona me recomendó para. que me pusiera en su plaza, y usted no le hizo caso».
En estas condiciones, la negociación es impensable: nada tienen que hacer los matadores. Pero más adelante vendrá la asamblea general y exigirá responsabilidades. Querrá saber, por ejemplo, por qué varios de sus representantes han mantenido una actitud pasiva; por qué Paco Corpas, que es su vicepresidente en el sindicato, se conformaba con determinada subida de honorarios (no precisamente gloriosa, por otra parte) y nada más, y por qué Jaime Ostos, que es el presidente, ha tenido que reaparecer en el toreojusto en estos meses tan difíciles y ha permanecido durante el tiempo del conflicto en América.
No todos los toreros estarán en esta línea, por supuesto, ya que las figuras van por otro camino. Tuvieron hace pocos días una cena, por la zona de Barajas, y con asistencia de cierto fenómeno retirado, dicen que secreta, en la que establecieron la estrategia a seguir en el conflicto, naturalmente guiada por el objetivo (te no perder su situación de privilegio y siguiendo las directrices marcadas por quienes les mandan, que son los exclusivistas.
Y qué casualidad: esas figuras y algún que otro enganchado a últirna hora al tren se reúnen mañana con la Junta de Matadores. Estarán, de un lado, los Camino, Viti, Julio Robles, Paquirri, etcétera, y de otro, Paco Corpas, Gregorio Lalanda, Sánchez Bejarano, Rafael Peralta, Serranito, Domecq, Curro Romero, Ruiz Miguel y Manolo Cortés. Lo que saldrá de esa reunión es un misterio, pero no sería muy arriesgado aventurar que nada malo para las empresas. lloras después, por la tarde, es muy probable que se produzca la famosa «reunión tripartita», en la cual los empresarios pueden contar con el apoyo del bloque reunido por la mañana, si es; que les favorece (como se supone) lo que decidan hacer. Allí se verá si es verdad que no estableciercieron un «pacto secreto» con los subalternos, y si los matadores son capaces de afrontar con responsabilidad la defensa de sus intereses.
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