Los pescadores de Ondárroa ponen condiciones para volver a la mar
El mantenimiento de los salarios existentes antes del comienzo del conflicto y el cumplimiento de las disposiciones legales vigentes para los buques arrastreros al fresco, son las condiciones que los 1.400 trabajadores de la flota arrastrera de Ondárroa, en huelga desde el día 3 de enero, piden para hacerse a la mar el próximo día 21. A lo largo de toda la jorna, da del lunes, se desarrolló una larga asamblea, a la que por primera vez asistieron juntos todos los parados. Patrones, mecánicos y marineros, eligieron, en votación individual y secreta, una comisión de trece representantes, de toda la asamblea, como « auténtico portavoz del sentir general de los pescadores asistentes a la reunión».
La asamblea decidió, una vez más, rechazar la oferta de los armadores, de retribución a la parte, por considerar que supone una innovacíón de los contratos laborales vigentes. Asimismo decidieron instar a aquéllos a que acepten la. negociación sobre la base de las condiciones económicas, ya existentes en cumplimiento de las disposiciones laborales legales. De hacerlo se volvería al trabajo el próximo lunes.
Pese a la buena disposición de los huelguistas, son muchos los que, sin embargo, ven con pesimismo la solución al problema. De una parte, la postura bastante inflexible de los armadores, de otra, la dificultad no sólo teórica, sino también práctica, de aquéllos para cumplir las disposiciones legales que tan poco se ajustan a la realidad marinera. «Quien hizo las ordenanzas -señalaba ayer uno de los huelguistas- nó vio jamás el mar ni conoció un jescador.»
Otro gran problema puede ser la grave crisis que afirman, están sufriendo los armadores, que ya tres meses antes de iniciarse el conflicto denunciaron. Al parecer, en los últimos tiempos, las ganancias habían disminuido y el incierto futuro les hacía temer tiempos difíciles, máxime cuando está aún en el aire la decisión de la Comunidad Económica Europea de extender sus aguas jurisdiccionales a doscientas millas.
Hasta la fecha del comienzo de la huelga -el 3 de enero-, los trabajadores del sector arrastrero de Ondárroa -divididos en categorías de patrones, mecánicos y marinos- no tenían un sueldo base minimo, por lo que cada empresa fijaba con sus trabajadores las condiciones económicas. Puede decirse que, generalmente, el sistema de pago se basaba en un sueldo fijo y unas primas de participación en las capturas.
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