Obligada neutralidad militar ante las opciones políticas
El vicepresidente primero para Asuntos de la Defensa, teniente general Gutiérrez Mellado, pronunció ayer en la Capitanía General de Sevilla —con motivo de la visita realizada a la fábrica de carros de combate AMX-30— un importante discurso mediante el que anunció las medidas más inmediatas del Gobierno en materia militar, así como expresó el apoyo de las Fuerzas Armadas al Rey y a su Gobierno y aludió a la obligada neutralidad de los Ejércitos, que muy pronto se materializará en una disposición que regulará la participación de los militares en política,
El teniente general Gutiérrez Mellado detalló varias de las medidas en proyecto de adoptarse para profesionalizar las Fuerzas Armadas y deslindar claramente las competencias castrense Y político-administrativa, así como para unificar al máximo el mando militar. En este sentido destacó la importancia de la próxima ley reguladora de la Defensa Nacional. También se refirió en su discurso a las medidas socio-económicas en marcha para mejorar la situación asistencial, educativa y retributiva de los miembros de las Fuerzas Armadas y sus familias. Pidió también la entrega absoluta de cada uno en su puesto a la tarea colectiva y propugnó la necesidad de una información diáfana.
El vicepresidente primero del Gobierno exaltó la figura del Rey y la decisión del Gobierno y de su presidente de consolidar la Corona. «Dejemos, pues, de una vez —dijo— de prestar un oído fácil a los que todo lo que se hace les parece malo sienten miedo al qué pasará, a los derrotistas o predicadores de grandes desventuras y a los que con su pasión política desmesurada, impuesta por propagandas demoledoras, dañan gravemente nuestra unidad y la confianza en el mando.»
Aludió al patriotismo del presidente y de los miembros del Gobierno y al historial profesional de los cuatro miembros militares «qué apunta ya al final de nuestra carrera» y que «será análogo —dijo— a la mayoría de los oficiales a los que pudiéramos calificar como de la mitad de la clase»». «Pero no admitimos nos aventaje nadie —añadió— en amor a España, a nuestro Rey y a los Ejércitos.»
Finalmente, refiriéndose a los graves acontecimientos recientes, expresó su deseo de que las muertes sirvan para desterrar la violencia, que los heridos se restablezcan y que los secuestrados se reintegren a sus hogares, consiguiéndose así que «en el orden y en la paz, la generosidad y la concordia sean ya aplicables, y lograr un verdadero clima de convivencia nacional». «El dolor de España, el sacrificio y la abnegación de las fuerzas de orden público a las que los Ejércitos apoyan moral y, si fuera preciso, también materialmente, y el mensaje firme del presidente del Gobierno, son garantías -concluyó- de que España seguirá su camino hacia el futuro que ella merece.»
El discurso del vicepresidente primero del Gobierno se produjo en el marco de la Capitanía General de la II Región Militar, en presencia de una representación de jefes, oficiales y suboficiales de los tres Ejércitos, al término de su visita a la empresa nacional Santa Bárbara, sita en Las Canteras, del término de Alcalá de Guadaira.
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