Alfonso Sastre, detenido en Francia y entregado a la policía española

El dramaturgo español Alfonso Sastre fue detenido ayer, hacia las once y cuarto de la mañana, en la localidad vascofrancesa de Ciboure y entregado a la policía española en el puesto fronterizo de Hendaya. Conducido a la delegación de fronteras de Irún, fue puesto en libertad poco después, tras una consulta.Alfonso Sastre se había trasladado a Ciboure ayer por la mañana desde su residencia habitual de Burdeos, donde permanece exiliado voluntariamente desde hace más de año y medio. En esta pequeña localidad, próxima a San Juan de Luz, iba a presentar el libro Testimonios de lucha y resistencia, escrito por su mujer, Eva Forest desde la cárcel de Yeserías y editado por Mugalde. Este libro recoge los testimonios de treinta personas, con sus nombres y apellidos, que narran sus estancias en la cárcel o en las comisarías de policía.

Aunque la rueda de prensa estaba convocada en el hotel Arintasuna el escritor y un matrimonio francés que le acompañaba se detuvieron en el café Garrá, donde fueron detenidos por la policía. Trasladados a la comisaría de San Juan de Luz, el matrimonio francés era puesto en libertad media. hora después, mientras Alfonso Sastre era introducido en un furgón policial que hacia las doce y media lo entregaba a la policía española en el puesto internacional Santiago, de Hendaya.

La policía francesa ha esgrimido para ello una orden de expulsión del territorio francés, dictada por el Ministerio del Interior contra Alfonso Sastre, a causa de su participación en la huelga de hambre que la última Nochebuena tuvo lugar en la catedral de Bayona para protestar por los confinamientos en la isla de Yeu.

El escritor se encontraba en Francia en calidad de turista, con su pasaporte español en regla, aunque en el momento de su detención no lo llevaba encima. Durate el año y medio que ha permanecido en el vecino país -su procesamiento por asociación ilícita fue sobreseído- ha terminado el primer tomo de su obra Acerca de la imaginación. Recientemente declaró a Triunfo, que todavía no existían en España condiciones para regresar. Hasta su alejada casa de Burdeos le había llegado unos días antes una amenaza del VI Comando Adolfo Hitler, diciéndole que le iban a matar «como a un perro ».