La amnistía trata de evitar nuevas protestas en Polonia
Mientras las autoridades polacas y checoslovacas parecen haber firmado una tregua con el movimiento disidente de sus respectivos países mediante el indulto concedido por Gierek y el relativo silencio sobre Carta 77 en la prensa oficial de Praga, en la URSS y en la RDA, continúan tomándose medidas represivas contra algunos contestatarios como Ginzburg y Kunze. Entretanto, algunas personalidades políticas de Occidente, como el alcalde procomunista de Roma, Carlo o Arthur London, declaran que el socialismo auténtico es pluripartidista, y piden la libre expresión en el Este.
El líder del PC polaco, Gierek dio a conocer el jueves que haciendo uso de las facultades que le atribuyen las leyes, ha determinado otorgar una amnistía en favor de quienes tomaron parte en los disturbios del pasado mes de junio. Contando con las actuales circunstancias sociales -añade Gierek- cabe esperar que los beneficiarios de la medida no reincidan.
El jefe del PC polaco anunció la amnistía precisamente en las dos fábricas donde hubo mayor agitación en los movimientos de protesta: la de tractores de Ursus y en la factoría Walter, de Radom. Ya en el pasado mes de septiembre, el secretario del PC recomendó a los jueces, a través del Consejo de Estado, que fuesen benignos al dictar sentencla contra los manifestantes acusados de haber producido destrozo con ocasión de las manifestaciones del verano. En la actualidad el número de detenidos político como consecuencia de aquellos hechos asciende a 58, de los que cinco fueron condenados hace tres días en primera instancia a penas entre dos y nueve años de internamiento.
A última hora de la noche, Edvard Gierek se dirigió a todo el país por televisión para anunciar que el Consejo de Estado había decidido abrir un plazo para que los afectados solicitasen el indulto o la interrupción de procesó según los casos. En la misma intervención, el líder comunista polaco subrayó que es tarea de todos ayudar a que el país supere las graves dificultades económicas que padece, dificultades sin embargo, pasajeras y muy distintas a las del mundo capitalista. La causa de estos problemas según Gierek. deben buscarse en el gran dinamismo del desarrollo polaco durante los últimos años. Los sucesos de junio no fueron más que un episodio. En cuanto a la intervención de las fuerzas represivas contra los manifestantes, dijo que había sido adecuada y pidió que todos comprendiesen que la mayor parte de los heridos en los enfrentamientos eran polícias, algunos de los cuales serán inválidos ya para toda la vida. Para concluir, Gierek calificó a los movimientos contestatarios como limitados, pero muy activos, al igual que hiciesen hace pocos días los políticos de Praga respecto de Carta 77.
Mientras se anunciaba la amnistía en Polonia, el ministro de Asuntos Exteriores de este país, Ernil Wostazek, se dirigía a la República Democrática Alemana, para entablar conversaciones con el jefe del PSUA, Honecker, aunque no se ha podido confirmar que uno de los temas a tratar sea la oleada contestataria que afecta a los dos países, si parece que uno de los objetivos del encuentro será un replanteamiento de los intercambios de productos en favor de las exportaciones de carbón polaco.
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