Disensiones en el Gobierno por el nuevo programa económico

Una vez que la reforma política parece haberse encauzado, el Gobierno Suárez está decidido a adoptar en breve una serie de medidas económicas de carácter reactivador y con fines claramente electorales, aunque ello ha causado fuertes disensiones entre varios representantes de los Ministerios económicos.

El citado cuadro, que, según nuestras fuentes, ha sufrido importantes modificaciones desde su redacción inicial, debido principalmente a la oposición de ciertos sectores de los departamentos económicos, parece que tendrá una redacción final con previsión de crecimiento de nuestra economía del orden del 3,5%, y un aumento de los precios al consumo próximo al 18%, para lo cual se prevé una participación importante en la tasa de inversión del sector público, basándose en la financiación exterior.

Dos tesis suficientemente enfrentadas han motivado el desacuerdo en el seno del Gobierno, ya que unos Ministerios económicos, partidarios de una política expansionista con marcados caracteres electoralistas, se enfrentaron con la teoría de otros departamentos ministeriales que deseaban una mayor moderación —exceptuando a ciertos sectores—, y con la creencia de que enfocar el problema económico desde un único punto de vista político significaba un error de base.

Entre las medidas que, posiblemente en breve plazo, pueda aprobar el Gobierno, se encuentran los aumentos generalizados de precios para el consumo energético, tanto carburantes como electricidad y gas.

Aunque se desconoce la fecha en que el Gobierno puede aceptar el nuevo paquete económico, se especula que el próximo Consejo de Ministros estudie, al menos, el tema. El aprobarlo o no depende de otras cuestiones tales como la ausencia del ministro de Industria, Carlos Pérez de Bricio, actualmente en viaje oficial por Latinoamérica.

Cuando no han transcurrido dos días desde la llegada a España en visita oficial, el optimismo con que se recibió al primer ministro de Irán, Amir Abbas Hoveijda, en círculos económicos, se ha visto sensiblemente reducido. Tras la corta entrevista mantenida entre la delegación iraní con varios ministros económicos en la sede del Departamento de Hacienda, la impresión generalizada es que Irán no parece dispuesto a seguir otra política comercial que la de vender crudo en la medida en que esto sea posible y cubrir sus necesidades mediante concurso a mercado abierto obviando todo tipo de acuerdos bilaterales.

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