El ministro italiano de Justicia pide la retención provisional de sus compatriotas detenidos en Madrid
El ministro de Gracia y Justicia italiano, Francesco Paolo Bonifacio, habría solicitado a las autoridades españolas la detención provisional de los cuatro fascistas italianos detenidos en España en espera de que se perfeccione la petición de extradición.
El ministro italiano, según ambientes del Ministerio de Justicia, se habría amparado en el artículo diez de la actual Convención en vigor entre España e Italia.El diario lombardo Corriere della Sera precisa que, aunque nada cierto se sabe hasta ahora sobre el paradero de los fascistas., la impresión general es que serán, entregados a las autoridades itallanas. Es probable que los cuatro neofascitas Marco Pozzan, Ello Massagrande, Ellodoro Pomar y Francesco Zaffoni, traten de obtener que se les expulse hacia algún país suramericano Y no hacia Italia. En ambientes políticos italianos se dice que es probable que los dos ministros de Justicia, español e italiano, traten de solucionar bilateralmente el caso. Se hace notar que España. por no pertenecer a la Comunidad Europea, no ha firmado recientemente el acuerdo contr a el terrorismo. de Estrasburgo. El ministro español de Justicia Landelino Lavilla, que cenó con el ministro italiano Bonifacio y fue recibido por el primer ministro Giulio Andreotti, habría tratado ya este problema.
Se observa que los tiempos han cambiado respecto a la época de Franco. Entonces España era paraíso de los residuos nazis y fascistas de la Segunda Guerra Mundial y refugio acogedor de los neofascistas y espías de toda ralea de estos tiempos. Con la Monarquía de Juan Carlos tienen que cambiar las cosas. En medios de la comisión de Justicia de la Cámara, se deía ayer que es preciso ir despacio.
Obstáculos a la extradición
Como es sabido, la extradición verdadera y propia encuentra serios abstáculos. dado que el Acuerdo hispano-italiano sobre extradición, que ha pasado en el Senado, se encuentra detenido en la Cámara por la oposición de las izquierdas a perfeccionar cualquier acuerdo con Madrid El presidente de la Comisión de Justicia esel democristiano Misas¡, ex ministro de Instrucción Pública, y vicepresidentes, el comunista Spagnoli y el democristiano Sabbatini.Mientras tanto, se informa que al juez que sigue el proceso contra los asesinos del juez romano Vittorio Occorsio, le.interesan informaciones precisas sobre la metralleta Marietta, con que fueron asesinados los abogados laboralistas en Madrid, dado que, al parecer, dicha arma sería la misma que la empleada por los asesinos del juez. Sobre el particular se habrían solicitado informaciones a las autoridades españolas.
Las declaraciones de los tres fascistas podrían ser preciosas en el proceso que se está celebrando en Catanzaro, en el sur del país, contra Giovanni Ventura, Franco Freda y Guido Glannettini, acusados de la matanza de la plaza Fontana, de Milán, que costó la vida en 1969 a dieciséis personas.
A causa de la presunta complicidad del entonces Servicio de Informaciones de Defensa (SID), las declaraciones de muchas personalidades, sobre todo políticas, están cubiertas por el secreto militar. El primer ministro, Glullo Andreotti, está dispuesto a prescindir de ese secreto, según declaró recientemente por televisión.
La detención de los neofascistas italianos se ve como fruto de una presión que desde hace tiempo habría efectuado el Gobierno italiano cerca de las autoridades españolas.
La historia de tres de los subversivos fascistas es muy conocida: Elio Massagrande, de 34 años, ex paracaidista, cofundador de la organización neonazi Orden Nuevo, disuelta legalmente en 1972, y luego de Orden Negro, implicado en el intento de golpe de estado del príncipe Borghese de 1974; Marco Pozzan, ex bedel de un instituto para ciegos de Padua, comprometido en la matanza de la plaza Fontana, apoyado en su huida a España por el general del SID Maletti y el capitán Labruna, e Isidoro Pomar, ingeniero dependiente del centro nuclear de Ispra, que en un proyecto terrorista tenía que haber robado uranio para envenenar a la población de Roma o de Milán por medio del agua.
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