Recital de Alexis Weissenherg sobre Schumann
La experiencia interpretativa resulta mucho más interesante cuando se realiza a través de un mundo musical concreto. Cada intérprete, por otra parte, tiene algunos mundos que le son particularmente queridos y a los que dedica la mayor parte de sus atenciones. Pocos universos sonoros de tan profundo interés como el de Roberto Schumann al que ha dedicado y dedica Alexis Weissenberg largas horas de meditación y estudio. As¡ sus versiones aparecen como fruto de un proceso introspectivo cada vez más hondo.Weissenberg excava y excava en las entrañas de la música schumanniana hasta descubrir los secretos de sus intrincadas y fabulosas galerías. Después, en el acto del concierto, nos da los resultados de tan largos procesos desde una sencillez asombrosa. No se trata ya de que la técnica esté dominada, lo que hablando de Weissenberg sería estúpido reseñar siquiera, sino de saber explicarpara todos aquello que, por sí mismo, es complicado y problemático. Caso bien claro: el de la Fantasía op. 17, alta cota de la expresión romántica con su alternante contenido: lirismo de lied, pianismo sinfónico y violento, virtuosismo paganiniano cargado de sustancia.
Teatro de la Zarzuela Recital de Alexis Weissenberg
«Escenas infantíles», «Fantasía op. 17« y «Estudios sinfónicos», de Schumann. 26 enero.
Me gusta volver a este término tan querido por el apasionado schumanniano que fue Falla porque en él está el secreto de perdurabilidad de una música. Y en Schumann todo es sustancial,sin peligro de un solo pasaje epidérmico. Sucede que la obra de Schumann, como toda creación sustancial, presenta la posibilidad de varios niveles de lectura. Si en el primero y más a ras de tierra ya existe belleza, lá conmoción auténtica se produce sólo cuando se alcanzan últimos niveles: los que ya domina y vive Alexis Weissenberg en tal grado que cuando, después de habitarlos, ofrece las más leves Escenas infantiles nos suenan a música niña con siglos a la espalda.
La tan buscada unidad de las artes o, lo que es lo mismo, identificación de los lenguajes se nos da en Schumann desde dos dimensiones: la poética y la musical. Se puede pensar en Heine tanto desde los lieder que cantan sus versos como desde estas escenas sin palabras que objetivan el sentimiento poético. El vehículo sonoro, el gran piano romántico, trasciende de sí mismo hasta justificar la adjetivación de sinfónicas que Schumann añadió a sus Estudios más como explicación que como metáfora. El genio del intérprete desplegó aquí todo su poderío frente al genio del compositor.
Gracias a la creación de uno y otro la obra se hace realidad y el lenguaje adquiere máxima riqueza significante. Gran recital el de Weissenberg y soberano preludio al Brahms que nos dará con la Orquesta de RTVE. ese segundo concierto culminador del romanticismo alemán entendido desde un nombre amigo y una música incitadora: Roberto Schumann y su obra.
Babelia
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