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Basura, no

«El diario EL PAIS escribe en su editorial de ayer: "Ya no cabe duda de que tanto el secuestro de Oriol como el del general Villaescusa tienen una misma causa y un mismo fin: el intento desesperado de grupos detentadores de amplias parcelas de poder por mantener éstas, aún después de la muerte del general Franco". Es decir, que para nuestro colega los grupos responsables de ambos crímenes ejercían una parte de poder antes de la instauración de la Monarquía, y siguen poseyéndolo en la actualidad. Acusación gravísima, absolutamente infundada, y notoriamente falsa.Es una acusación gravísima porque en el caso Oriol concurren varias figuras delictivas: la de secuestro, la de atentado contra la autoridad, la de chantaje y la de amenaza de muerte; y en la misma línea parece situarse el caso del teniente general Villaescusa. Es una acusación infundada, porque se formula sin aportar ninguna prueba, incluso sin indicios razonables y, en cambio, en abierta contradicción con las más responsables informaciones publicadas.

Pero es, sobre todo, una acusación falsa, porque reiteradamente el autodenominado GRAPO, de confesada ideología comunistizante, se ha responsabilizado de los dos secuestros. Porque el Gobierno ha confirmado la responsabilidad del GRAPO e incluso ha facilitado los nombres de los presuntos delincuentes. Porque los secuestradores han exigido la libertad de detenidos, algunos de ellos pertenecientes al Partido Comunista, que estaba considerado como Ilegal en tiempo de Franco, y otros que están implicados en el magnicidio del almirante Carrero Blanco, lo que tampoco permite calificarles de franquistas. Y, en fin, porque en sus propios comunicados el GRAPO ha expresado una ideología radicalmente opuesta a la del Estado nacido el 18 de julio. Es difícil, pues, hacer sobre esta materia una afirmación que esté en más contradicción con las evidencias disponibles.

Nuestro colega añade: "Caben fundadas sospechas de que esta conspiración, que es de origen interno, esté apoyada y avalada por fuerzas internacionales. La Internacional Fascista es una realidad". De esta organización que tan de pasada se nos descubre no había ninguna noticia fidedigna, salvo algunas alusiones de Pravda que ni los soviéticos habían tomado en serio. A la vista de esta denuncia más próxima, nos interesaría conocer los partidos nacionales que la integran, sus estatutos, su sede, sus directivos y su historia. Hasta ahora, las Internacionales por excelencia eran las Marxista y sus secesoras más o menos ortodoxas, a las cuales nuestro colega parece marginar. Y esas Internacionales tienen sus estructuras y domicilio conocidos, la más importante de ellas en Moscú. Sabemos que sus miembros son partidos establecidos en numerosos países, y nos consta que operan solidariamente a escala planetaria, osea, que la injerencia en los asuntos internos de otros países es un principio programático de esa Internacional, lo cual está amplísimamente confirmado por la historia y, muy concretamente, por la española. Recordemos la etiología de nuestro Frente Popular, y releamos, entre otras muchas, las páginas que Prieto, Largo Caballero y Alvarez del Vayo dedican a explicarnos el intervencionismo de la Internacional Comunista en la vida española.

Si existe esa Internacional Fascista, que se demuestre para que podamos condenarla explícita y objetivamente. Pero, desde ahora, condenamos la operación subversiva mundial que desde el Kremlin patrocina su Internacional, y de la cual España es una de las víctimas, por la razón cegadoramente obvia de que nuestro país es una de las claves del Mediterráneo y un punto preferente para la penetración comunista en Europa occidental, ya que al oeste del "telón de acero" las naciones fronterizas conocen bastante bien el comunismo y están vacunadas contra él.

Concluye el editorial con esta ambigua afirmación: "Lo verdaderamente importante, por el momento, es llegar a las elecciones en condiciones de que éstas sean viables. Luego, el Estado que de ellas surja deberá empezar a barrer tanta basura como ha quedado". ¿Significa esto que el Estado de las Leyes Fundamentales en vigor no ha hecho sino acumular basura sobre el territorio nacional? Tal afirmación sería inadmisible. Nada humano es perfecto; pero uno de los Estados cuya gestión arroja un saldo más positivo de la historia contemporánea de España es, sin duda alguna, el todavía vigente, protagonista de la revolución industrial en España y autor de la reforma social más avanzada, extensa y profunda que ha conocido nuestro país.

La basura que estamos contemplando en la vida española no es tanto la que ha quedado como la que se está produciendo mediante la deformación de los hechos, la demagogia, el cultivo de los instintos menos nobles y, en ocasiones, con la calumnia y con la mentira. Todo eso sí que es basura, lo mismo que la incitación a la violencia verbal y a la violencia física que arrastra a muchos ingenuos, en su mayoría jóvenes, a manifestaciones de las cuales sólo suelen salir cicatrices y dolor, cuando no, como está aconteciendo estos últimos días, algo infinitamente más trágico y condenable: la muerte. Limpiese el país; pero, sobre todo, que se predique con el buen ejemplo y que no se instigue a producir más basura.»

26 de enero

EL PAIS no polemiza con sus colegas. En momentos graves el deber de la prensa es la información, el análisis y no la disputa menor. Sabíamos que había, en algunos medios, editorialistas incapaces de escribir correctamente. Descubrimos ahora que tampoco saben leer.

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