La polémica no ha concluido con el regreso de Sa Carneiro a Lisboa
La polémica suscitada por las declaraciones madrileñas de Sa Carneiro se ha prolongado hasta el lunes. Recibido en el aeropuerto por un centenar de sus partidarios, el presidente del PSD reafirmó no tener un discurso para dentro de su país y otro distinto para el extranjero, acusando al Gobierno de querer adoptar una posición tutelar, mientras que la prensa no puede estar al servicio de determinadas estrategias de ataque personal o partidarias.
Sa Carneiro dio pie a la polémica, ya que en sus declaraciones dedicó mucho más espacio a responder a las reacciones de los demás partidos portugueses que a informar sobre lo que era el objetivo de su viaje: los contactos con los socialdemócratas españoles. Señaló que se trataba de un gran éxito para la socialdemocracia y para las relaciones entre España y Portugal, plasmado en la creación de la Asociación Socialdemócrata Ibérica.
Todos los periódicos reproducen también en lugar destacado extractos del editorial de EL PAIS, en el que se interroga sobre si era de la intención del Gobierno de Lisboa provocar una presión sobre este periódico por parte de las autoridades de Madrid.
El vicepresidente del CDS (centrista), Amaro da Costa, que también recibe críticas del PSD por sus reacciones a las declaraciones de Sa Carneíro, reafirma su posición de que fue poco delicado para un político haber aprovechado la circunstancia de encontrarse en el extranjero para entrar en consideraciones de detalle sobre el funcionamiento de las instituciones o la actuación de sus titulares.
Pero el tema dominante de los próximos días será sobre todo la situación en el movimiento sindical. El Congreso de los Sindicatos, convocado por una comisión provisional en la que participan las organizaciones afiliadas a la Intersindical y 63 otras organizaciones, está convocado para el 28 de este mes. El domingo, los sindicatos que rechazan su participación en dicho congreso, se han reunido en Coimbra, pero ya sin ninguna posibilidad de poder alterar la convocatoria y celebración del congreso. Los sindicatos de la «Carta Abierta» (que acusan a la Intersindical de ser mero instrumento del Partido Comunista no parecen, de momento, querer dar forma orgánica a la división del movimiento sindical y se reservan para la batalla de las elecciones sindicales que deberá producirse después del congreso.
Mientras, la posibilidad de una reestructuración del Gobierno portugués ha sido lanzada ayer por el Jornal de Noticias, de Oporto, segunda ciudad del país, y no desmentida en fuentes del Comité Nacional del Partido Socialista (PS).
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