Giscard d'Estain, decidido a agotar su mandato
He sido elegido por siete años y cumpliré mi mandato, sean cuales fuesen las circunstancias, declaró ayer por la tarde, en el palacio del Elíseo, el presidente de la República Francesa, Giscard d'Estaing, ante unos cuatrocientos periodistas de la prensa internacional, en la que él mismo bautizó rueda de prensa de la clarificación, económica, política y social.
Esta clarificación era necesaria, a su jucio, porque el año 1976 ha sido dificil para Francia, tanto en el dominio social y económico (paro e inflación), como en el político desde que, en la primavera última, se hicieron notorias las discrepancias entre el presidente y el primer ministro, Jacques Chirac. Estos elementos, bien cultivados, condujeron a la opinión pública a la confusión y a la duda.Muy sereno, calculador hasta manifestarse abiertamente defensivo cuando las preguntas no le interesaban -como los temas Abu Daud, De Broglle y sus discrepancias con Chirac-, Giscard «clarificó» la situación interior para liberar a los franceses de la espiral depresiva de la que son víctimas.
En el aspecto puramente político, el presidente resaltó el papel de único elegido nacional que le confiere la presidencia de la República, pensando seguramente en la acción, a veces equívoca, del líder del RPR gaullista, Chirac, y dejando entender que seguiría al frente del país en caso de victoria de la izquierda en las legislativas: El presidente, dijo, es el garante de las instituciones y el protector de las libertades de los franceses.
También el presidente debe apoyar una política, pero, en este punto es él quien debe, con su comportamiento, hacer dicha tarea compatible con el cumplimiento de su mandato de siete años. Lo expuesto no impedirá al presidente pronunciarse, en momentos decisivos, sobre lo que conviene a los franceses, referencia ésta que deja entender claramente que Giscard d'Estaing aconsejará a sus conciudadanos cuando llegue la hora de las municipales y la de las legislativas.
Presidentes y primeros ministros
Cuando alguien preguntó a Giscard ¿para qué sirven los antiguos primeros minisiros?, no respondió, pero se extendió sobre la función del jefe del ejecutivo: abandonando la noción de jefes de la mayoría, a la que dio continuidad, la V República nombrando siempre un primer rninistro gaullista, el presidente la reemplazó por la de jefe de la mayoría parlamentaria y anunció que Raymond Barre será el jefe de la campaña nacional en 1978, cuando se celebren las legislativas que, matizó el presidente, ya ven ustedes que existen posibilidades de que no sean adelantadas. Redefinidos los papeles del presidente y del primer ministro, abordó las divisiones de la mayoría gubernamental, desdramatizándolas, al hacer notar que, desde la elección presidencial del 74, cuando fue elegido, todo ha cambiado y, más aún, desde que el primer ministro no es del grupo mayoritario, RPR. Por esto, dijo, es normal que exista el pluralismo y no que la mayoría sea uniforme. Giscard se dijo convencido de que gracias al pluralismo, la mayoría ganará las elecciones legislativas. Y una vez más insistió en que él está por encima de los partidos, de la mayoría, y de la oposición, sin preferencia alguna.
Mayoría y oposición
Para el presidente francés, la mayoría está desunida, pero sus objetivos fundamentales son idénticos. Por el contrario, la oposición está unida, pero sus opciones esenciales son distintas, ya que el PCF es favorable al colectivismo y el partido socialista no, y el primero no votará la elección del Parlamento Europeo por sufragio universal. mientras el segundo sí. Sobre esta cuestión, Giscard se manifestó seguro de que una gran parte de la mayoría votará el proyecto, lo que parece querer decir que ha dejado por imposibles a los gaullistas puros como Michel Debré, o Sanguinetti.
La alcaldía de Paris
A propósito de la lucha fratricida que, por la alcaldía de Paris se desarrolla entre los líderes de la mayoría Giscard limó asperezas al declarar que la rivalidad de personas no creo, que nos conduzca al fracaso. Hasta la fecha, sobre la preparación de las municipales. Giscard opinó que la oposición de izquierdas, en París y en el resto de Francia, está más dividida que la mayoría. No veo la necesidad de momento, clarificó a propósito de las intenciones que se le vienen suponiendo sobre el cambio de la ley electoral, de sustituir la proporcional por la ley mayoritaria.El tema candente de la introducción de la política en las empresas, practicada por los partidos de la oposición y por el chiraquista. RPR, mereció otra vez la desaprobación total del presidente. porque esto sólo se hace en Francia y porque va contra la naturaleza de la empresa, lugar de trabajo por excelencia.
La sanción fue también rotundamente negativa para la nacionalización de la enseñanza. debate de primera importancia cara a las elecciones venideras: El programa comun, afirmó, propone la nacionalización, es decir, la desaparición de la libertad de la enseñanza, que es una libertad republicana. Giscard anunció un escrutinio público para que los franceses se manifiesten sobre el particular.
Economía y problemas sociales
El plan-Barre no será modificado, ni completado, sino que se continuará aplicando. Para el presidente, la lucha por el empleo y contra la inflación es la misma y, por esto, la ayuda sectorial la canalizará el Estado hacía las inversiones y hacia el equipo colectivo. De una manera global. Giscard aseguró que a pesar de todo. el año 76 había sido un año de gran crecimiento (más de 5 %) y que durante el segundo semestre del 77 se empezarían a negar realmente las virtudes del plan de reactivación económica y contra la inflación. Sobre los affaires. De Broglie y Abu Daud se mostró cauto y evasivo, afirmando que el poder político y el jurídico habían mantenido su independencia en ambos casos. Al abordar el caso de Abu Daud Giscard se mostró severo, al advertir que la orquestación de insultos extranjeros contra el honor y la dignidad de Francia, en algunos casos va más allá del asunto Abu, Daud y apunta a nuestra política de independencia nacional. Y solemnemente anotó: La política extranjera de Francia no se hace en algunas redacciones extranjeras. No necesitamos lecciones de nadie, y quien quiera ser nuestro amigo que se abstenga.
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