Igor Oistrakh y la "Novena sinfonía"
Repertorio en las dos orquestas para sus conciertos de reanudación de- temporada. Y un tema de especial interés en cada caso: la actuación de Igor Oistrakh en la Nacional: la interpretación de la Novena, con la capacidad de acontecimiento que esta obra posee, en la RTVE.Oistrakh es un formidable violinista, tan formidable que soportó la existencia de su padre, David, y muerto éste, no obliga a nadie a establecer recuerdos y comparaciones. Vale por sí solo y así lo demostró desde que, a los dieciocho años, ganó el Premio de Budapest. Cuando David e Igor Oistrakh tocaban o grababan juntos se evidenciaba la calidad del hijo. más interesante por lo que tiene de herencia artística del padre. Así en ese disco, tan popular, en el que los dos interpretan a Vivaldi y a Sarasate.
Teatro Real
Orquestas Nacional y RTVECoro de RTVE. Directores: Jan Krenz y Odón Alonso Obras de Schubert, Laló, Bartok, Mozart y Beethoven 14, 15 y 16 de enero.
En la presente ocasión, lgor ha traído a Madrid la Sinfonía Española, de Laló, que nos fue ofrecida sin el habitual y arbitrario corte del Intermezzo, fragmento en ritmo de habanera, que en cierto modo viene a ser el corazón de la página españolista del músico francés. En ella resuenan los ecos de Iradier y las proximidades de Sarasate que tan amigo fuera de Laló. La versión de Oistrakh resultó deslumbrante por el poderío de la técnica la gracia del estilo y la expresiva musicalidad vertida a raudales a la hora de cantar como a la de acentuar el ritmo popular del último movimiento, ese ostinato que cualquiera puede encontrar en el Cancionero, de Pedrell. No estuvo la orquesta, guiada por el polaco Jan Krenz, a la altura del violinista soviético por falta de total identificación y defecto de belleza sonora Oistrakh redondeó su clamoroso triunfo con su supervirtuosista encore, de Eugene Ysaye, que nos hizo echar de menos el recital que, ya en Madrid, debería habérsele procurado.
Krenz, director de categoría dentro del muy valioso grupo, de conductores polacos, dijo la Incompleta, de Schubert. con gran poesía y organizó con exactitud el mundo colorista, melancólico, evocador o vital de Bartok en su Concierto, esa suerte de Amarcord musical que el compositor húngaro, ya enfermo de leucemia. trazó en cincuenta y cinco días de trabajar día y noche como él mismo escribiera. Al decir organizar no nos referimos sólo a la estructura formal, varia y compleja, sino a la expresiva, fruto de un pensamiento hondo y preciso.
Correspondió a Odón Alonso la dirección del concierto de la Sinfónica y Coro de Radiotelevisión Española. Para la Novena, de Beethoven, contó con un cuarteto de altura formado por la Napier, Norma Lerer, Manuel Cid y Richard van Allan, que sustituyó a Franz Crass. indispuesto a última hora. No es la primera vez que Alonso dirige el más simbólico y humanístico mensaje beethoveniano y, como en anteriores ocasiones, logró el domingo una versión bien construida, viva y brillante con particulares consecuciones de dicción en el Adagio. Tanto el maestro como los solistas y el coro recibieron las grandes ovaciones que, por su labor, se merecían.
Antes, uno de los concertinos de la Filarmónica de Berlín, León Spirer, protagonizó el quinto concierto violinístico de Mozart, expuesto con finura de estilo, elegante continuidad y la comprensión propia de quien encabeza una orquesta que, entre otros méritos. posee el de ser una excelente mozartiana. Claro que no estamos ante el virtuoso fuera de serie., pero si frente a un músico serio, riguroso y excelentemente formado, desde su temprana juventud, en la clase de Maz Rostal. La orquesta y Odón Alonso colaboraron en buen estilo camerístico
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