La Oposición, "esperanzada" tras su entrevista con Suárez

Por espacio de tres horas, permanecieron reunidos ayer el presidente del Gobierno Suárez, y los cuatro delegados de la comisión negociadora de la Oposición democrática, señores Canyellas, Jaúregui, Satrústegui y González. Terminada esta reunión, el primer secretario del PSOE, Felipe González, permaneció tres cuartos de hora más con el señor Suárez, a petición del jefe del Gobierno.

Los negociadores dieron lectura a un breve comunicado, redactado en los siguientes términos:«Los cuatro delegados de la comision negociadora han sido recibidos por el presidente del Gobierno y le han expuesto con detenimiento los criterios de la comisión sobre la amnistía y el reconocimiento de todos los partidos políticos, que eran los temas cuyo tratamiento había sido anunciado.»

«El presidente les ha indicado que los problemas implícitos en ambos puntos están siendo objeto de un profundo estudio por el Gobierno, en el que serán tenidas en cuenta gran parte de la ideas expuestas por los cuatro delegados de la comisión negociadora.»

Hasta aquí, el escueto comunicado de la entrevista. Los miembros de la comisión fueron abordados por los periodistas a su salida de la sede de la Presidencia, y en todo momento se mostraron muy discretos en tomo al enfoque y desarrollo de la reunión.

De las manifestaciones del señor Satrústegui se deduce que los criterios de la Oposición respecto a la amnistía y la legalización de los partidos políticos pueden no ser aceptados al 100%, pero «existe comprensión hacia nuestros planteamientos».

Felipe González dijo, por su parte -a su salida de Presidencia, tres cuartos de hora después-, que se trata de que no haya hombres en las cárceles en el proceso electoral.

Felipe González, con Suárez

Una vez terminada la reunión del jefe del Gobierno con los cuatro delegados de la Oposición, los señores Canyellas, Jáuregui y Satrústegui abandonaron la sede de la Presidencia, mientras en ella permanecía el primer secretario del PSOE, Felipe González, a petición del señor Suárez.

A su salida, Felipe González indicó que la conversación con el presidente se había referido a temas propios de su partido, y que por razones de discreción prefería no revelar. Ante la insistencía de los periodistas, manifestó que habían hablado de cuestiones de política internacional. Un informador preguntó si dichas cuestiones podrían estar relacionadas con la reciente visita de un alto dignatario extranjero, a lo cual contestó: «No exactamente. Se ha hablado sobre Latinoamérica y el mundo árabe.» Luego aclaró que estos temas habían sido colaterales, y que las demás cuestiones estaban «en la mente de todos». Dicho esto, se marchó.

Algunos círculos políticos se mostraron anoche sorprendidos por este contacto bilateral Adolfo Suárez-Felipe González. En dichos medios no se excluía la posibilidad de que la referencia a cuestiones internacionales estuviera relacionada con el apoyo internacional de que dispone el PSOE, quizá importante en virtud de la caución que dicho partido puede suponer en una época de crisis económica. Pero la atención de los observadores estaba centrada anoche, esencialmente, en los problemas del socialismo español y la titularidad del mismo, que tratan de ostentar diversos grupos. Llama la atención que, en el mismo día, el presidente Suárez haya recibido al señor García López, dirigente de una Alianza Socialista Democrática en la que figura el PSOE histórico, y el señor González, dirigente del PSOE.

A última hora de la tarde, acudieron a Presidencia los vicepresidentes primero y segundo del Gobierno, aunque su presencia no estaba relacionada con la visita de representantes de la Oposición. Por otra parte, una treintena de periodistas siguió las entradas y salidas del edificio desde los jardines que lo circundan; pese al intenso frío y las esporádicas nevadas, sólo se autorizó su acceso al vestíbulo del palacio por breves espacios de tiempo.