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Carter delegará en el vicepresidente las visitas al extranjero

A menos de dos semanas de su toma de posesión, el presidente electo, Jimmy Carter, anunció una política internacional de quedarse en casa, en la que los viajes al extranjero correrán a cargo de su vicepresidente, Walter Mondale, y Carter sólo se entrevistará con los dirigentes de otros países que visiten Estados Unidos.

En una conferencia de prensa celebrada en Plains, Georgia, el presidente electo reveló que, poco después de su toma de posesión, enviaría a Walter Mondale a Londres, París, Bonn y Bruselas para mantener conversaciones con altos funcionarios de la OTAN y el Mercado Común.Carter expresó su intención de permanecer en Washington por lo menos durante el primer año de su mandato, con la posible excepción de su asistencia a la cumbre económica convocada por el presidente francés, Giscard d'Estaing, que se celebrará en mayo o junio, seguramente en Japón.

Entre los temas que más preocupan al futuro presidente, de los que ha encargado a Mondale que le informe, están las negociaciones de paz en Oriente Próximo y la crisis de Chipre.

En el aspecto económico, la nueva Administración tiene en proyecto un plan de reducción de impuestos de casi 11.000 millones, con el fin de incrementar la demanda, y un programa de gran gasto federal destinado a crear nuevos puestos de trabajo.

El paquete de medidas económicas propuesto por Carter deberá ser aprobado por el Congreso antes de ponerse en práctica pero dado el carácter moderado y conservador del mismo, no parece que los congresistas vayan a ponerle demasiadas dificultades. Recientemente, el presidente saliente, Gerald Ford, se declaró partidario de un programa de reducción de impuestos por casi idéntico volumen del propuesto por su sucesor en la Casa Blanca.

Los principales beneficiarios de la reducción impositiva, según anunció Carter, serán los ciudadanos que perciben menores ingresos anuales. El programa de inversión federal creará 800.000 nuevos puestos de trabajo en los próximos dos años.

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Además, el equipo demócrata confía en que la estimulación de la industria privada creará otro considerable número de puestos de trabajo, que contribuya a hacer descender la actual tasa de desempleo, superior al 8 %, hasta un 6,5 % a finales del presente año y por debajo del 6 % en 1978.

Durante su campaña electoral, Carter prometió repetidas veces que reduciría el paro forzoso a cerca del 4 %, sin incrementar la tasa de inflación, actualmente del 5 %. Aconsejado por economistas de la escuela de Keynes, entre los que destaca el director de su consejo de asesores económicos, Charles Schultze, Carter pretende cumplir sus promesas mediante la utilización del gasto público y la reducción fiscal como estimulantes económicos.

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