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Tribuna
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Don Juan Carlos: "Me siento orgulloso de mandaros"

«El camino difícil a seguir, cuando recibimos una orden que contraría nuestro sentir, se recorrerá con satisfacción interior si pensamos que lo que estamos realizando lo hacemos de una forma despersonalizada, por una causa superior, por el bien de nuestra Patria», dijo don Juan Carlos en un momento de su discurso de contestación al que había pronunciado el teniente general Gutiérrez Mellado. El texto de la alocución real es el siguiente:

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Gutiérrez Mellado: "Obediencia y disciplina al capitán general de los Ejércitos"

«Agradezco las palabras de adhesión que acabáis de pronunciar. que responden a la actitud permanente de servicio a España. característica de las Fuerzas Armadas y que expresan el propósito de conseguir una mayor eficacia para nuestras unidades.Me cabe hoy la satisfacción de reunirme con vosotros. mis compañeros de armas. en una festividad tan significativa y tradicional como es la de la Pascua Militar. El rey Carlos III sintió el deseo de expresar a sus tropas su afecto y confianza de una forma personal sentimientos que coinciden plenamente con los míos en estos momentos.

Deseo hoy felicitaros y al mismo tiempo exhortaros a seguir por el camino del deber. del honor, de la disciplina y de la lealtad.

Me siento orgulloso de mandaros, y sé con cuánto entusiasmo y abnegación os entregáis a esa labor maravillosa de formar soldados. que, en definitiva, son hombres que al consagrarse por completo al servicio de España constituyen la esencia misma de los valores patrios.

Estamos viviendo momentos delicados. El mundo en que vivimos está impregnado de materialismo, y parece como si las virtudes morales hubiesen pasado de moda. Todas las entidades sociales y las Fuerzas Armadas son una importantísima parte integrante de nuestra sociedad. que necesitan inexcusablemente de una estrecha vinculación a los principios éticos y espirituales.

Nuestra profesión exige una gran vocación. Es cierto que para el correcto desempeño de sus funciones, los ejércitos necesitan unos medios modernos y eficaces, y por ello dentro de nuestras posibilidades vamos a tratar de potenciar a nuestras Fuerzas Armadas. Pero no podemos olvidar que es el hombre, vosotros, nuestros soldados, los que tienen que manejar esos medios y de muy poco nos servirían si nuestra moral estuviera decaída o adormilada.

Conservar la disciplina

La disciplina, difícil de conservar en algunas circunstancias. viene a ser el elemento más firme en que se tienen que apoyar nuestros Ejércitos. Sin ella no es posible la acción de mando. El principio de autoridad debe prevalecer en todo momento y circunstancia. No debemos concedernos flaquezas ni a nosotros mismos ni permitirlas en nuestros subordinados.

Pero la disciplina debe estar basada en el espíritu de justicia. en el prestigio del mando, en el ejemplo. Cuando se manda hay que hacerlo de forma justa y buscando el mejor servicio.

Somos profesionales del honor y la caballerosidad. Debemos sentirnos orgullosos del pasado histórico y la tradición de nuestros Ejércitos, y no podemos traicionar ese legado de elevado contenido espiritual del que somos depositarlos y que debemos transmitir a las generaciones futuras.

En ocasiones resulta especialmente duro el ejercicio de la lealtad, pero es entonces cuando adquiere su grandeza y constituye el complemento insustituible del espíritu de disciplina que debe animarnos a todos.

El camino difícil a seguir. cuando recibimos una orden contraria a nuestro sentir, se recorrerá con satisfacción interior si pensamos que lo que estamos realizando lo hacemos de una forma despersonalizada. por una causa superior. por el bien de nuestra Patria, a la que hemos jurado defender y a la que nos hemos entregado por completo.

Mantengámonos unidos, coordinemos nuestros esfuerzos. no nos dejemos intimidar por aquellos que desearían con buenos ojos vernos caer en el desaliento. la desmoralización y la desunión. Somos fuertes. pero vivimos en un mundo ciertamente difícil y hemos de estar prevenidos contra la tentación y el engaño.

Os repito mi felicitación en tan señalado día, me alegra compartir este rato con todos vosotros. y creedme. vuestro Rey os tiene muy cerca de su corazón porque sabe vuestro valer. vuestra abnegación y vuestro espíritu de servicio a España. ¡Viva España! »

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