Gutiérrez Mellado: "Obediencia y disciplina al capitán general de los Ejércitos"
Inmediatamente después de que don Juan Carlos impusiese distintas condecoraciones con motivo de la Pascua Militar, el teniente general Gutiérrez Mellado pronunció un extenso discurso en el que abordó cuestiones fundamentales para las Fuerzas Armadas y delineó un programa de actuación a medio y largo plazo.
«Habéis cargado sobre la Monarquía -continuó- la gran misión de asegurar los derechos humanos en el orden y la paz y que se llegue a establecer una verdadera justicia social, con equitativa distribución de cargas y beneficios.»Las Fuerzas Armadas «enteradas».
«Era preciso, señor, que en un momento tan importante como éste -dijo más adelante Gutiérrez Mellado- las Fuerzas Armadas recordaran casi literalmente a todos los españoles lo que su Rey, como suprema autoridad del Estado piensa y quiere, y lo que, en definitiva, está pidiendo a la nación. Las Fuerzas Armadas -añadió- os transmiten su enterado a vuestros deseos, a vuestras directivas. a vuestros mensajes y os testimonian su solemne promesa de cumplirlos en cuanto a ellas les corresponde por convicción. pero también por obediencia y disciplina al capitán general de todos los ejércitos españoles."
Os ofrecemos, entre otras cosas: lealtad. honestidad y eficacia. Contad con toda seguridad con las dos primeras y con nuestra promesa firme de mejorar continuamente la última.
Lealtad, adjetivada de entusiasta y consciente. Tenemos el convencimiento de la absoluta necesidad de que exista la lealtad del solado hacia su jefe; pero esta se ve reforzada por el entusiasmo y la razón cuando el que manda reúne las cualidades a las que el militar rinde culto por encima de todo: es decir, entrega total a la Patria, sin miras personales; valor y serenidad; honradez y ejemplo.
Unión que rechace el rumor, la insidia, la crítica malévola o la murmuración, según sabiamente prevén nuestras inmortales ordenanzas."
Los grandes objetivos
Se refirió más tarde el vicepresidente para Asuntos de la Defensa de las grandes líneas que las Fueras Armadas están siguiendo e hizo alusión al papel de los ejércitos en estos términos:
"Señor, los ejércitos se enfrentan con importantes problemas, pero tienen decisión firme de superarlos pronto y bien.
No es el momento de desarrollarlos, pero sí os podemos adelantar las grandes líneas que estamos siguiendo para conseguir nuestro fin:
Queremos, señor, que vuestros ejércitos, los ejércitos de España, puedan cumplir su misión constitucional siendo servidores del Estado y garantía de los valores permanentes de la Patria, cooperando al logro de los grandes objetivos nacionales.
Desde su puesto serán centinelas de paz. fuertes en su cohesión y con su disciplina. pero sin entrar en lo que por ser opinable es objeto de debate a nivel de grupos o de partidos.
Queremos también, señor. que las Fuerzas Armadas sean un el eficaz instrumento de nuestra política exterior, constituyendo en sí mismas un decisivo factor de disuasión contra todo lo que pueda atentar a la seguridad, unidad e independiencia de la Patria. Pero, al mismo tiempo, capaces de cooperar eficazmente con las fuerzas del mundo libre en defensa de la paz.
Queremos, señor, que la unión moral, de doctrina y de acción conjunta de los tres ejércitos sea realidad palpable, suprimiendo, reajustando y modificando cuanto sea necesario, respetando todas las tradiciones esenciales, pero dentro de las normas estrictas que lleva consigo el concepto de coste-eficacia. Se irán sentando así las bases para que en el momento oportuno pueda ser considerada la creación de aquellos organismos superiores conjuntos que exige la defensa nacional en analogía a lo existente en las naciones más adelantadas."
Hizo mención más tarde a la actuación del Gobierno respecto a los problemas de las Fuerzas Armadas y habló de una actuación con la adopción de medidas limitadas urgentes y otra con una planificación a largo plazo. De las primeras medidas mencionó, entre otras, y después de señalar que se trata de medidas ya promulgadas o que están a punto de que se hagan "la que determina los condicionamientos y limitaciones para la intervención en actividades políticas de los componentes -profesionales o no- de las "Fuerzas Armadas" y "la ley Orgánica de la Defensa que asegura una atribución racional de misiones y responsabilidades a los altos organismos y autoridades del Estado y de la Administración en materia tan importante".
Definiciones de la política de defensa
Junto a las medidas anteriores el teniente Gutiérrez Mellado mencionó una serie de ellas para alcanzarlas a medio y largo plazo.
- La puesta al día en evolución constante de nuestros centros de enseñanza a todos los niveles, para lograr el mayor nivel de efectividad con los menores costos en tiempos y medios.
- La reorganización completa de nuestras industrias e investigación tecnológica relacionada con la defensa. así como la creación de los organismos necesarios que permitan una política definida a largo plazo en el sistema de adquisiciones en el exterior o con fabricaciones con apoyo de naciones amigas, constituyendo un factor decisivo para el relanzamiento desarrollo de nuestra economía.
- La instauración y desarrollo de una amplia y generosa política de personal que asegure la imprescindible satisfacción interior de los ejércitos y que afronte valientemente todos los aspectos esenciales de la misma. sobre todo en el económico y social.
- Todo ello como factores esenciales para lograr el fin único de los ejércitos: que nuestras unidades operativas, con los apoyos logísticos necesarios, debidamente seleccionadas, al completo de sus efectivos y dotadas con los materiales y sistemas de armas más modernos, aseguren su capacidad plena de combate en defensa de nuestra Patria, si las circunstancias lo exigieran.
Por fin, el vicepresidente militar dijo:
«Y antes de terminar. señor. un último ruego: las Fuerzas Armadas os suplican que S. A. Real el Príncipe don Felipe sea alistado en el Regimiento Inmemorial del Rey y en las unidades que se señalen de la Armada y del Ejército del Aire y, si es posible, siendo ya Príncipe de Asturias, en espera de que su edad le permita jurar la sacrosanta bandera de la Patria.»
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