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Los desórdenes comenzaron en China antes de la muerte de Mao

La prensa china ha publicado ayer las primeras informaciones detalladas sobre los disturbios que han sacudido a la provincia de Fukien, en el transcurso de los cuales ha habido, según el Diario del Pueblo de Pekín, luchas, destrucciones y saqueos que obligaron a movilizar a una división del Ejército (unos 10.000 hombres), y al cierre de algunas fábricas debido a las huelgas y enfrentamientos entre los trabajadores.

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La raíz de estos desórdenes es achacada a la lucha entrejacciones, según informa el citado periódico que acusa a la banda de los cuatro de haber incitado los desórdenes y creado divisiones. Para los medios de información oficiales, los agitadores radicales han aprovechado los residuos de feudalismo en la estratégica provincia (que fue el último baluarte nacionalista en el continente) para suscitar intranquilidad y divisionismo.De esta manera la prensa china ha reconocido la existencia de «grupos y facciones» dentro del Partido Comunista Chino. Los portavoces de Pekín han fechado la mayor parte de los desórdenes habidos en China en el mes de octubre, antes de que se produjera la detención en noviembre del grupo de radicales que encabezó la viuda de Mao, Chiang Chinh. Sin embargo la continuación de la campaña oficial contra ellos parece indicar que la tensión no ha desaparecido, aunque se estima que sí ha conseguido ser frenada la expansión de los focos de desórdenes.

Un ejemplo de esto ha sido la decisión de poner bajo control militar el importante nudo ferroviario de Chenchow, donde se cruzan los ejes ferroviarios Norte-Sur y Este-Oeste: No hay ninguna información oficial sobre problemas específicos que hayan motivado la decisión de las autoridades ni las causas del deterioro de la situación a que hace alusión la nota oficial. Sí se tiene conocimiento de que, desde este verano, incluso antes de la muerte de Mao, existía en esta localidad inquietud laboral por cuestiones salariales, de un lado. y lucha entre facciones de otro. El que ahora haya sido puesto bajo control militar este empalme ferroviario puede responder a que los radicales han intentado hacerse con el control del poder en las provincias.

Según emisiones de radio locales, los desórdenes han afectado a once de las veintinueve provincias chinas. En una de ellas, Sezchuan, ha habido un "amago de guerra civil» y se tiene conocimiento de que la provincia de Hupeh ha sido colocada bajo control militar, lo mismo que la ciudad de Paoting, cercana a la capital china.

Esta situación sirve de base al New York Times para considerar que aún es demasiado pronto para presumir que Hua Kuo Feng sea ciertamente el sucesor de Mao. Este periódico se pregunta en un editorial publicado en su número de ayer si se logrará imponeren China un poder coherente, y sobre quiénes serán sus dirigentes. El rotativo norteamericano se interroga también sobre el futuro de las relaciones entre Moscú y Pekín, si se ahondarán las diferencias o, por el contrario, revivirá la alianza de los años sesenta. «Hay razones de propio para aguardar la emergencia de una fuerte, unificada e independiente China y para expresar esa esperanza por vías tranquilas» concluye el editorial tras advertir que una China dividida en reinos de taifas tentaría a la Unión Soviética a mediar en el conflicto.

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