Probable ingreso de España en el Consejo de Europa tras las elecciones
La normalización de la vida política española, con la vuelta a un sistema democrático después de cuarenta años de dictadura, planteará una serie de temas en materia de relaciones exteriores. La entrada de España en el Mercado Común, la posible vinculación con la OTAN son capítulos esenciales, a decir de los líderes políticos hispanos. Se olvida con frecuencia que el primer paso hacia las instituciones europeas pasará, con prioridad, por la homologación de la democracia española en el Consejo de Europa, en el que España deberá ingresar si se completa su proceso democratizador a mediados o fines de este año.
Bajo el lema de «La Europa que nos espera» se intenta describir los capítulos esenciales de las tres principales organizaciones occidentales, de las que España se ha visto excluida hasta el momento por motivos políticos. La elección del Parlamento español por sufragio universal directo, con participación de todos los partidos políticos, debería romper las barreras del aislamiento de los pueblos de España con los organismos de integración europea.
¿Qué es el Consejo de Europa?
El Consejo de Europa es la más antigua de las organizaciones políticas de la Europa occidental de la posguerra. Fundado el 5 de mayo de 1949 en Londres, el Consejo de Europa cuenta con un comité ministerial y una Asamblea consultiva. Bélgica, Dinamarca, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Reino Unido y Suecia fueron sus diez estados fundadores. Posteriormente se unieron Grecia y Turquía (1959), Islandia (1950), República Federal Alemana (1951), Austria (1956), Chipre (1961), Suiza (1963), Malta (1965) y Portugal (1976).Su sede, en la ciudad francesa de Estrasburgo, la Maison de l'Europe, verá inaugurar nuevas instalaciones el próximo 20 de enero,
El Consejo ministerial de los diecinueve países miembros se reúne dos veces por año. La Asamblea parlamentaria, con 154 miembros, delibera tres veces por año (en general a mediados de enero, mayo y septiembre) sobre los grandes temas políticos y sociales europeos.
Una vez por año, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa tiene una reunión conjunta con los miembros del Parlamento Europeo para tratar un tema de actualidad.
El Consejo de Europa, con sus setecientos funcionarios de todos los países miembros, cuenta con un promedio de ochenta comités especializados que preparan sus informes sobre el conjunto de la sociedad europea. La política, cultura, medio ambiente, prensa, sanidad, justicia, derechos del hombre, etcétera, forman parte de los comités especializados. Temas que en muchos casos, son tratados a nivel ministerial, aprobando resoluciones de aplicación en todos los países miembros.
El Consejo de Europa, garantía para la democracia
Trabajar para una unión europea, mejorar las condiciones de vida y desarrollo de los valores humanos, defender los principios de la democracia parlamentaria, la primacía del derecho y los derechos del hombre son los objetivos fundamentales de los estatutos del Consejo de Europa. Todo Estado europeo puede convertirse en miembro del Consejo, a condición de respetar tales principios, dicen sus estatutos.La Comisión Europea de Derechos del Hombre y el Tribunal de Derechos del Hombres (al que puede recurrir todo ciudadano de un país miembro que se considere discriminado por las leyes de su país) son dos organismos dependientes del Consejo de Europa.
Uno de los ejemplos más significativos de la defensa de la democracia y los derechos del hombre, por parte del Consejo de Europa, lo dio la retirada obligada de Grecia, en 1969, por incumplimiento de las libertades democráticas durante la dictadura de los coroneles. El Gobierno de Atenas, bajo la dirección del primer ministro Constantino Karamanlis, fue readmitido en el Consejo de Europa el 28 de noviembre de 1974, después de la formación de un Parlamento elegido democráticamente.
Portugal, último llegado al Consejo de Europa en septiembre de 1976, fue admitido gracias a su recuperación de un sistema parlamentario democrático.
Las condiciones para cualquier país que pretenda incorporarse están, pues, muy claras. El Consejo de Europa, y en particular su Asamblea parlamentaria, se consideran garantes de las instituciones democráticas, y son intransigentes con los regímenes dictatoriales.
España será el vigésimo miembro del Consejo de Europa
Uno de los primeros pasos que deberá dar la futura democracia hispana, para recibir su «homologación» europea, será presentar la candidatura al Consejo de Europa.A la entrada de España como vigésimo miembro del Consejo de Europa deberá preceder, incluso, el acto de candidatura de España a las Comunidades Europeas. Portugal, consciente de tal barrera, sabe que la CEE no podrá anteponerle pretextos políticos a su democracia, aceptada por el Consejo de Europa, en cuyos principios se basan los nueve de la CEE.
Actualmente, España colabora desde hace años con varios comités técnicos del Consejo de Europa. Culturales, en especial. El propio Consejo de Europa, con sus resoluciones políticas, derivadas de los «informes Reale», ha incidido en momentos críticos de la vida política española, apoyando la lucha de los partidos democráticos por la recuperación de las libertades fundamentales. El Consejo invitó como observadores, a miembros de la Oposición y de las Cortes franquistas en su debate de mayo de 1976.
El año 1977 puede ser el del acercamiento definitivo de España al Consejo de Europa. No se excluye que, para su sesión de mayo, el Consejo invite oficialmente a una delegación de políticos españoles y debata el proceso político español.
A efectos prácticos, la entrada de España al Consejo de Europa supondrá, probablemente, la participación de dieciocho parlamentarios españoles, que deberán nombrar los diferentes grupos políticos que participen en el futuro Parlamento español, elegido por sufragio universal.
A nivel de funcionarios, España deberá enviar entre cincuenta y setenta personas para trabajar en las comisiones de expertos y servicios de traducciones. El francés y el inglés son las lenguas oficiales, aunque también se utilizan el alemán y el italiano como lenguas de trabajo.
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