Una provocación
«...No parece que un suceso como el del secuestro del señor Oriol esté mostrando una tensión nacional de violencia y sangre, sino que es una provocación para que esa tensión se llegue a producir. Con unos límites. A pesar de las negativas del Gobierno a acceder a la presión moral de este misterioso GRAPO, que nadie conoce bien y al que con exagerada facilidad se atribuyen filiaciones políticas de la izquierda, el GRAPO no ha asesinado al señor Oriol como había amenazado reiteradamente. Pero le retiene en su poder, al menos en las fechas en que estas lineas se escriben. La teoría de sus mensajes es la de que no liberarán al presidente del Consejo de Estado mientras el Gobierno no conceda la amnistía general que se esperaba, y se esperaba para antes de Navidad. Al parecer, como inquebrantable en un caso como éste, el Gobierno adopta una línea que no es obligatoria, que no es preceptiva. sino que responde a una posición de autoridad que no todos los Gobiernos, en casos similares, sostienen. El terrorismo de secuestro y rehenes está apareciendo en numerosos países, y obtiene resultados distintos. Hay gobiernos que aceptan la negociación, hay Gobiernos que prefieren las mediaciones: otros eligen el camino de la firmeza. Con resultados varios. No olvidemos cómo la dureza del Gobierno federal alemán en un caso de secuestro y rehenes durante la Olimpiada, produjo una matanza general. El Gobierno español en este caso, ha preferido correr graves riesgos antes que doblegarse a unos aventureros de la política: es una línea estimable, pero que no corresponde exactamente a la imagen de lo inconmovible que se nos ofrece. Porque el Gobierno sabe que está siendo vulnerado en esa línea, y porque la realidad es que parece que han modificado su comportamiento: en lugar de conceder la amnistía esperada para antes de Navidad, ha procedido a nuevas detenciones. Entre ellas, la del señor Carrillo y un importante número de miembros del comité central del PC...» 1 enero
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