Un precursor
Leo en el último libro de José María Gil Robles una carta del conde de Barcelona dirigida a mi abuelo, el conde de Romanones, fechada en Lausanne, 29 de junio de 1943. Es sorprendente, admirable y creo que muy digno de ser destacado el hecho de que en tal época ambas personalidades hablasen de esa forma y que el conde de Barcelona escribiera en términos tan similares a los que actualmente leemos todos los días como fórmula frecuente, en los periódicos.
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